León XIV
Un respeto por las tradiciones no resulta incompatible con la novedad y la frescura
Un sencillo fraile agustino, que fue prior general de sus hermanos. Hijo espiritual del pensador a mi juicio más profundo del cristianismo e insigne padre ... de la Iglesia. El primero de su orden que ocupa la cátedra de San Pedro, curiosamente fustigada sin descanso ni piedad por otro miembro antiguo de su misma familia religiosa que fue Martin Lutero. Científico de formación, como también lo fue otro famoso correligionario, el genetista Gregor Mendel. Persona dotada de una templanza de carácter digna de un compañero ilustre, del estilo de Fray Luis de León.
No era fácil que un norteamericano, aunque fuese misionero durante largas etapas en el Perú, ocupase la sede romana. Se dice que representaba la figura menos yanqui de todos los cardenales estadounidenses. Su rápida elección, teniendo en cuenta que precisaba de al menos dos tercios de los electores, refleja un cónclave menos dividido de cuanto algunos auspiciaban. Volvió a lucir el sabio dicho de que quien entra papa sale cardenal. Ya se ve que a ojos meramente humanos sigue resultando un misterio todo este proceso que tanto asombra. No es ilógico, es sobrenatural.
El apodo escogido sucediendo a León XIII –el pontífice de la encíclica 'Rerum novarum', que inauguró el sentido moderno de la doctrina social de la Iglesia– también recuerda la leyenda de su primer antecesor homónimo. San León Magno confrontó pacíficamente con Atila, logrando su repliegue casi milagroso ante las murallas de Mantua. Este hito, representado por Rafael en las estancias de los Palacios Vaticanos que se visitan en sus famosísimos y cada día más atestados museos, acaso sea un presagio de la posible paz enUcrania.
También consta de idéntico protagonista la historia del Concilio de Calcedonia. A mediados del siglo V, en pleno debate teológico, tuvo dicho papa una intervención tan decisiva que se ganó el elogio popular en forma de 'Pedro ha hablado por boca de León'. Seguro que ahora es León quien habla por Pedro.
Era relativamente novel en el colegio cardenalicio; y en la curia, un recién llegado. Se supo ganar la confianza generalizada de manera significativa. Su estampa serena y acogedora y el tono de sus primeros discursos deja en evidencia el propósito que busca en su pontificado. La unidad que refleja la frase de San Agustín que constituye su lema: 'In Illo uno unum (en el único somos uno)'. Los signos externos desvelan que un respeto por las tradiciones no resulta de ninguna forma incompatible con la novedad y frescura. Su retorno a los apartamentos papales resulta una notoria declaración de intenciones.
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