Por una educación pública de calidad
Rebeca Fernández
Jueves, 5 de junio 2025, 02:00
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Rebeca Fernández
Jueves, 5 de junio 2025, 02:00
Ayer por la tarde estuve en la concentración que tuvo lugar en Oviedo, frente al edificio administrativo, en el que representantes de los sindicatos educativos ... y del Gobierno se reunían para llegar a un acuerdo. El cansancio empieza a dejar huella, pero también la ilusión de estar participando en un momento histórico. El lunes hicimos huelga, alumnas y alumnos echaron en falta a las profes que siempre están ahí. Subimos por la mañana al tren y nos concentramos delante de la Consejería de Educación. Por la tarde, volvimos a juntarnos, esperando un acuerdo que mejorara las condiciones de un sistema público que amamos y que, por eso mismo, queremos proteger.
Sin embargo, la mayor manifestación fue el domingo por la mañana. Las calles de la capital asturiana se llenaron de familias y docentes que defendían una educación pública de calidad, en una época en la que lo público empieza a ser cuestionado. Solo tenemos que ver lo que sucede en Madrid o en EE UU para darnos cuenta de que las fuerzas más reaccionarias pretenden desmantelar el sistema por el que lucharon nuestras abuelas y abuelos. La defensa de la enseñanza pública es la garantía de la igualdad de derechos en el futuro.
Mucha gente se pregunta qué reivindicamos, por qué nos hemos sumado las docentes de Secundaria a una lucha que empezó con las reivindicaciones de Primaria. Es cierto que las maestras y maestros abrieron el camino negándose a aceptar que se modificara la jornada escolar sin contar con ellas y ellos. Se unieron y ampliaron las demandas. Se pusieron en huelga y le mostraron a la sociedad asturiana las difíciles condiciones en las que trabajan.
Entonces, los sindicatos asturianos unidos ampliaron la convocatoria a todas las enseñanzas no universitarias. Así fue como en Secundaria nos unimos a la huelga y a la lucha. Siempre habíamos pensado «deberíamos unirnos», «hay tantas cosas que mejorar» … Y cambiamos nuestros lamentos cotidianos por las consignas que siempre habían estado en nuestros corazones. Las pusimos negro sobre blanco en improvisadas pancartas y salimos a la calle. La atención a la diversidad no puede ser una realidad sin dotar a los centros de más recursos. Se necesita más profesorado de apoyo, desdobles, docencia compartida. Para nosotras no son solo palabras, son niñas y niños con nombres y apellidos, cuyo código postal juega muchas veces en su contra. «No podemos educar con discursos necesitamos recursos». La bajada de la ratio es otra de las reivindicaciones clásicas. «Una educación de calidad debe tratar a su alumnado con dignidad». El salario del profesorado no es la principal reivindicación, aunque sea una realidad que los docentes asturianos están entre los peor pagados de España. «Vocación no es sumisión».
Y así podríamos seguir hasta llenar páginas y páginas de realidad. En la concentración de ayer encontré a una compañera de un instituto en el que trabajé como interina. Me preguntó dónde estaba y al hablarle de mi centro dijo . «Es un destino duro ¿estás contenta allí?». Pensé en mi alumnado, miré a mis colegas y sonreí: «Sí, nuestro centro no es fácil, pero merece la pena estar allí». Por ellas y por ellos defendemos una enseñanza pública de calidad.
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