Incertidumbre
Rebeca Fernández
Viernes, 28 de marzo 2025, 01:00
A veces hay palabras que resuenan en nuestro interior y después, solo después de un tiempo, nos damos cuenta de por dónde han entrado y ... de qué nos quieren decir. Ayer, la Comisión Europea presentó su estrategia para hacer frente a posibles crisis, como guerras, desastres naturales, pandemias o ciberataques. Entre las medidas que proponen está la recomendación de que la ciudadanía almacene suministros esenciales para al menos 72 horas. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? ¿Por qué nos piden ahora que estemos preparadas? ¿Nos advierten de un peligro real o nos preparan para admitir la enorme subida del gasto en armamento que tenemos por delante? La incertidumbre, el miedo y la percepción del peligro nos hacen sentirnos vulnerables. Nuestros representantes debatían ayer en el Congreso el llamado 'rearme' de la vieja Europa. También ayer, supimos que un numeroso grupo de artistas, seguidos por más de 800 organizaciones firmaba un manifiesto en el que afirmaban: «El único camino realista para conseguir la paz no es militar, sino político», defendiendo un modelo basado en la cultura de la paz.
Entre los actores estaba Juan Diego Botto, quien el fin de semana pasado estuvo en Avilés, para presentar 14.4 obra escrita por él y dirigida por Sergio Peris Mencheta. En ella Ahmeh Younoussi cuenta su propia historia, desde que llego a España procedente de Marruecos, como menor no acompañado, hasta el momento presente, en que se dedica a la interpretación. El alumnado de Bachillerato de mi instituto acudió junto a otros estudiantes, a una representación matinal en el Centro Niemeyer. Tras terminar la función, con lágrimas en los ojos, comentaban que la historia les había llegado y qué era muy injusto lo que Ahmed había vivido.
Hace dos semanas se hablaba en las televisiones del «reparto de menores no acompañados» como si se tratara de mercancía peligrosa que nadie quería recibir. Las cifras se arrojaban de una comunidad autónoma a otra con reproches y desprecios. Los números deshumanizan, los nombres no y mucho menos las imágenes. Las voces de personas, como Ahmed, contando su historia pueden cambiar el mundo.
El lunes pasado recibimos una visita en 4º de la ESO. Representantes de las Fuerzas Armadas vinieron al centro a dar a conocer el ejército como una salida laboral. Mis alumnos escucharon atentamente. Nos explicaron la formación que debe tener un oficial y un suboficial y los buenos sueldos que recibían. También nos explicaron que para optar a estos puestos es requisito tener la nacionalidad española. En mi centro educativo, hay muchos alumnos de diferentes procedencias: Colombia, Venezuela, Cuba, Rumania, Ucrania, Marruecos, etc.
Le pregunté con interés a la ponente si alguien procede de otro país con una ingeniería y el permiso de residencia (pero no la nacionalidad) podría ser oficial o suboficial. Me explicaron que no, pero que tenía una opción, entrar como tropa, soldado raso. En este nivel sí se admite a personas que no tengan la nacionalidad española.
Volví entonces a pensar en la obra de teatro 14.4. Se titula así porque esos son los kilómetros que separan España de Marruecos y volví a pensar en su autor, Juan Diego Botto y en el manifiesto antimilitarista que leyeron ayer frente al Congreso. En estos tiempos de incertidumbre es necesario pararse a pensar. Como dijo una de mis maestras si no pensamos, alguien pensará por nosotras.
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