La mejor versión no da para ganar
Rogelio García
Lunes, 24 de febrero 2025, 01:00
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Rogelio García
Lunes, 24 de febrero 2025, 01:00
El míster dejaba en la rueda de prensa posterior al encuentro una frase cercana a la metáfora que seguramente dará lugar a muchos comentarios: «Si ... no ha llegado la victoria, quizás sea porque entrenador y plantilla no dan para más».
El Sporting tuvo intensidad, fútbol, llegadas y oportunidades. Faltó lo de casi siempre, un delantero que por sí mismo o como finalizador del trabajo colectivo tradujera en goles las ocasiones ante la puerta rival. Es un déficit del pasado y del presente, al que no se puso remedio en el reciente mercado invernal de fichajes.
Rubén Albés puso en práctica un novedoso 1-4-4-2 que pareció sorprender al Almería y que dejó aspectos a comentar respecto a la alineación y la disposición táctica. Ante el cuadro andaluz, El Sporting en ningún momento jugó con defensa de cinco, como suele ser habitual cuando el equipo no tiene el balón.
Diego Sánchez volvió a repetir como lateral zurdo, atendiendo más a guardar las espaldas de Nico Serrano que a desdoblamientos ofensivos, su mejor cualidad en esa posición. Gelabert se colocó como falso extremo, con movimientos interiores que le permitían aparecer con especial acierto en diferentes zonas, propiciando continuas subidas de Kevin. La suplencia de Guille Rosas puede entenderse si estaba relacionada con sus problemas gástricos. Si fue una decisión técnica tiene peor comprensión. Recuperar su mejor forma es tan urgente como necesario. Dubasin, como segundo punta, aportaba desmarques de ruptura al espacio, aprovechando la atención que los centrales andaluces dedicaban a un entusiasta Caicedo.
Los primeros 30 minutos del encuentro fueron espectaculares por parte del equipo gijonés. Hubo intensidad, velocidad en la ejecución y continuas llegadas. El Sporting era muy superior al conjunto de Rubi. En defensa, los rojiblancos adelantaron mucho la línea, practicando un 'pressing' alto con continuos robos en campo rival y repliegue intenso si ese 'pressing' no era efectivo. Con balón, Diego Sánchez hacía de tercer central en el inicio de la jugada desde atrás, propiciando una salida más fluida de lo habitual en ataque estático.
Con el paso de los minutos fue apareciendo el cansancio y, con él, la calidad individual del Almería. El doloroso 0-1, totalmente inmerecido, vino como consecuencia de un error de quien nos da muchos más puntos que nos quita.
La segunda parte continuó por los mismos derroteros, sin tanto control del partido por ninguno de los dos equipos. Los cambios de Albés (sorprendente el de Dubasin y quizás un tanto tardíos) recuperaron la frescura que empezaba a desaparecer. Un excelente Gaspar aportaba calidad y profundidad.
El 1-1 y la expulsión del visitante Kaiky favorecían el dominio gijonés, pero la falta de acierto ante el gol evitó una victoria más que merecida. Una pena.
La realidad es a veces muy tozuda. La clasificación, a estas alturas, no engaña. Quizás el míster tenga razón.
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