'Gaza Mon Amour'
No me quiero imaginar el estado de Gaza después de dos años de matanza y destrucción
Ya le gustaría a este que firma poder escribir sin arrepentimiento sobre las pequeñas tragedias cotidianas, que solo son menores cuando no nos afectan a ... nosotros. Inconvenientes como el que me relató un amable lector de este diario, un minusválido que se hirió de consideración en nuestra ciudad a causa de una loseta que sobresalía, haciéndole besar el suelo. Por desgracia hay otras desgracias que nos pillan lejos geográficamente pero nos rozan en lo más profundo de nuestra humanidad. Con la intención de entender mejor cómo es posible que el mal absoluto se haya convertido para muchos en un inevitable daño colateral, me puse a ver la película palestina 'Gaza Mon Amour', una cinta de 2020 firmada por los 'hermanos Cohen' del Medio Oriente, los gemelos Tarzán y Arab Nasser, pseudónimos tras los que se esconden dos cineastas gazatíes, exiliados en Jordania como tantos otros compatriotas de la diáspora palestina.
La cinta, considerada por el jurado del Festival de Toronto como una 'joya oculta', narra la historia de un amor maduro entre un pescador al que se le va a pasar el arroz, y una viuda que sobrevive malamente como costurera en un lugar asediada por los bombardeos y los apagones, tan frecuentes que los protagonistas ni se inmutan, obligándose a vivir su amor a pesar de todo. Nada más lejos del panfleto que esta historia romántica en medio de la ruina, en una ciudad asolada por la propia milicia armada, que no es otra cosa que Hamas, un autoridad local tan obtusa como cruel se muestra el yugo sionista, que prohibe al protagonista masculino pescar fuera de una limitada área milimetrada por su ejército.
Si hace cinco años la situación era así de precaria no me quiero imaginar el estado de Gaza después de dos años de matanza y destrucción. Quienes se atreven a justificar este genocidio hubieran considerado peligrosos terroristas a los patriotas españoles que formaron la guerrilla contra Napoleón. Cómo es posible que personajes como Espoz y Mina, el Cura Merino o 'El Empecinado' pudieron ser capaces de emboscarse y asesinar a los buenos gabachos que venían a traer la luz de la Revolución Francesa a una España atrasada de sotanas y terratenientes. Dejando aparte el apoyo de Tel Aviv a Hamas, en detrimento de Al-Fatah con el fin de dividir la causa palestina, cabe dudar si, como afirma el diario israelí 'Haaretz', el atentado del siete de octubre no pudo evitarse ya que al parecer existió una alarma de la seguridad interior judía horas antes de la matanza. Como dijo en 1938 David Ben Gurión, fundador del estado hebreo: «No podemos ignorar la verdad, nosotros somos los agresores y los palestinos se limitan a defenderse».
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