Secciones
Servicios
Destacamos
Una de las noticias culturales más importantes de los últimos días ha sido el descubrimiento, llevado a cabo por un equipo científico asturiano, de que ... los Neandertales y Homo Sapiens convivieron en el mismo espacio-tiempo, y lo siguen haciendo, añadiría yo, a fuerza de comprobar cómo concedemos carta de naturaleza a los hechos más irracionales y auto destructivos. El sabio cordobés Séneca ya decía, a comienzos de nuestra era, que cuanto más buena es el alma de un hombre, menos sospecha la maldad de los otros. Es bien sabido que entre la bondad y la estupidez hay un territorio de difícil demarcación, en el que resulta más cómodo presuponer un exceso de virtudes ajenas, para no sucumbir a la malicia y la sospecha perpetua. Hoy nos venden una pretendida rebaja de la jornada laboral y con la otra mano escamotean la realidad de que, vista la pirámide de población, cada vez nos tendremos que jubilar más viejos y deteriorados. Un día nos recomiendan un kit de supervivencia para semanas después atizarnos un apagón sin culpable conocido –tal vez la codicia, como siempre– para hacernos sentir una vez más culpables por no haber hecho caso a los gobiernos que tanto nos cuidan, o lo que es peor, a unas autoridades comunitarias a las que nadie votó.
Sin necesidad de ir tan lejos, aquí mismo asistimos a un caso de auténtico terrorismo empresarial con resultado de muerte. Si una inspección se anuncia con anticipación lo que los responsables pretenden es mirar para otro lado y garantizar la impunidad. Lo que reina es la falsa moral ecológica, que nos atenaza como una soga verde, dinamitando las centrales térmicas mientras extrae carbón de tapadillo. Las puertas giratorias siguen funcionando a pleno rendimiento como retiro dorado de los políticos profesionales, que no sobrevivirían ni un día a la intemperie del mercado laboral. Por supuesto que aquí no dimite nadie, alegando que no han hecho nada, cuando es precisamente por eso por lo que deberían irse si les queda un gramo de dignidad. En este régimen partitocrático, la incompetencia se premia, da lo mismo si el problema es un edificio público sin asegurar o un contrato armamentístico con un país que viola sistemáticamente la legalidad internacional. Si la industria española es incapaz de fabricar proyectiles para la Guardia Civil nos merecemos cualquier cosa que nos pase, lo mismo que si seguimos creyendo que todo el mundo es bueno y pacifico, ignorando adrede la amenaza latente de los países autocráticos a los que no importa sacrificar a su propia población como carne de cañón. Adormecidos por la economía subvencionada y una falsa superioridad moral, las máquinas terminarán sustituyéndonos sin permitirnos culminar nuestro proceso de hominización.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.