Borrar

El Karma

Miércoles, 18 de junio 2025, 02:00

Es la ley cósmica de la causa y el efecto, que esgrimen religiones orientales como el budismo y el hinduismo, demostrada a su vez por ... la filosofía aristotélica. Algunos de nosotros, criados en una fe en la que abundaban capones y clérigos que molestaban a los niños, miramos a Oriente como reservorio de nuestra inocencia mancillada, no por la religión si no a causa de algunos de sus ministros. En política sucede algo parecido, todo ello relacionado con partes del cuerpo que se utilizan indebidamente: unos meten la mano debajo de faldas que no les corresponden, como el niñato Errejón, y otros optan por meter la mano en la caja y adquirir compañía con lo sustraído. El hecho de que algunos políticos usen su lengua para mentir, o para cambiar de idea, ya casi parece una simple flaqueza humana si lo comparamos con la revelación de un mundo casposo de varones babosos que querríamos creer olvidado. Luego vienen abogadas defensoras que, pasando por alto las agresiones verbales a las de su género, proclaman que no es lo mismo que robe alguien que cree en la justicia social que un turbio y ganancioso derechista amante del lucro. Nunca me pareció de buen gusto citar nombres, pero cuando la derecha nos vuelva a encerrar en su cuadrícula, valdría la pena recordar a todas las Marta Nebot que se olvidaron de la ética para defender a quienes le dan trabajo, proclamando una vez más una superioridad moral que los hechos han demostrado que se queda en un puro deseo. Resulta obsceno que el dedo que señala sea el mismo que defiende al que prefirió un guateque en el Ventorro antes que cumplir con sus obligaciones y que la boca que acusa sea la misma que compartía su asueto con narcotraficantes. Visto todo esto, tal vez el mismo Pinocho sería el candidato que nos mereceríamos ya que no hay ningún estadista en la sala que tenga redaños para sacarnos de la OTAN, ahora que el socio mayoritario quiere vender su parte, obligándonos a comprar sus excedentes y usa nuestro suelo para prestar apoyo logístico al genocidio de Israel. Luego no nos quejemos cuando los hijos de un horror que presenciamos impasibles regresen para hacerse explotar entre nosotros. Es lo que tiene la reciprocidad, algunos creen que el país de los ayatolas debería poner la otra mejilla, o volver a ser siervo del amigo americano, como en la época del Sha de Persia, pero la santidad, tan común en las religiones reveladas y en las ideologías cerradas, solo aparece entre esos personajes anónimos, que entregan su vida para salvar la de otros. Lo llaman religión, pero quieren decir petróleo y tierras que no les pertenecen.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcomercio El Karma