Una de cal y otra de arena
La sensatez parece que se va imponiendo en la Autoridad Portuaria y el equipo de gobierno del Ayuntamiento gijonés tras el pronunciamiento favorable por parte de la Abogacía del Estado sobre la cesión de la franja costera al Consistorio
La mayoría de nosotros solemos emplear frases hechas que ya forman parte de la cultura de nuestro idioma. Son expresiones casi todas en sentido figurado, ... bien asentadas en el lenguaje coloquial y que no se pueden entender de manera literal. Como ejemplo curioso tenemos la expresión 'una de cal y otra de arena'. Cierto es que, según cuenta Alberto Buitrago en su entretenido 'Diccionario de Dichos y Refranes', la locución –no se sabe en qué fecha– le fue usurpada al noble sector de la construcción mucho antes de que se usara cemento en las edificaciones. Durante siglos, los ladrillos y las piedras se fijaban con mortero que se hacía con una palada de cal, el material más caro y noble (la parte buena), y otra de arena, lo más abundante y menos importante. Y añade: «Era frecuente, con la intención de ahorrar o de engañar al contratante, echar más arena que cal».
En definitiva, todos empleamos la frase para referirnos a la alternancia de algo bueno y algo malo, o positivo o negativo. Pues bien, una situación similar puede aparecer en el escenario de uno de los proyectos estrella del equipo de gobierno municipal, capitaneado por Foro Asturias y que fue anunciado a bombo y platillo tras la celebración de las elecciones municipales de 2023. Hoy, habiendo transcurrido dos años de mandato, el proyecto gijonés se encuentra en un 'veremos'. Aun así, la sensatez parece que se va imponiendo tanto en la Autoridad Portuaria como en el equipo de gobierno del Ayuntamiento gijonés tras el pronunciamiento favorable por parte de la Abogacía del Estado sobre la cesión de la franja costera al consistorio gijonés. Ese dictamen jurídico ya se había indicado como necesario a través de esta columna de opinión como la mejor herramienta para aclarar el guirigay montado entre ambas instituciones. Es de esperar que todo quede solucionado en el próximo consejo de administración de la Autoridad Portuaria.
Dicho esto, y a la espera de que también Pymar nos cuente lo que pasa, aparece como positivo que el Ayuntamiento haya sacado a licitación el contrato para la redacción del Plan Especial de Naval Gijón. A él acudirá, seguramente, un variopinto elenco de profesionales de diferentes lugares de España para definir con todo lujo de detalle lo que allí puede encajar. Sería recomendable que se elaborara un documento urbanístico lo suficientemente flexible, que pudiese dar acogida a otras economías.
Esto sería muy útil para el caso de que la denominada 'economía azul' no tuviese suficiente tirón, teniendo que recurrir entonces a otras actividades productivas siempre en aras de salvar el interesante desarrollo urbanístico empresarial; no hemos de olvidar que toda esta actuación deberá ser financiada a puro huevo a través de las siempre sufridas arcas municipales. Después la inversión retornaría a través de la venta de los suelos urbanizados que de este desarrollo pudieran resultar. Esta es la cal de este proyecto, que –si se hacen las cosas bien– se erige como uno de los referentes urbanísticos más importantes de la ciudad desde hace más de 30 años.
Por contra, la arena del asunto la constituye el plan de etapas de la actuación urbanística, que no invita especialmente al optimismo; por el cronograma avanzado en EL COMERCIO, el necesario plan especial no sería aprobado hasta el mes de abril de 2027. Resulta del todo curioso que la fecha prevista coincida con la vorágine de la venidera campaña electoral. Parece que los plazos contemplados están que ni pintiparados para que, dentro de dos años, Foro nos vuelva a vender electoralmente este proyecto gijonés. Quizás aquí se encuentre la razón principal por la cual esta formación política quiera estampar su marchamo a toda costa en el susodicho paseo marítimo: ofrecer algo a los gijoneses antes de que finalice el presente mandato ante la sequía que experimentan el resto de los proyectos urbanísticos de Gijón.
No es buena noticia para la zona oeste gijonesa que, aunque la cosa vaya bien, hasta finales de 2029 no se puedan ver los primeros atisbos de instalación empresarial, cuando se encuentren totalmente urbanizados los suelos de Naval Gijón. Coincido plenamente con Sara Álvarez Rouco, de Vox, sobre que los triunfalismos de la alcaldesa, una vez superado el follón con la Autoridad Portuaria, han de guardarse en el cajón consistorial. Lo que urge ahora es ponerse a trabajar en aras de conseguir que el parque empresarial sobre los suelos de Naval Gijón algún día se convierta en realidad. Para concluir, queda claro que, con las calendas ya conocidas, largo se nos fía a los gijoneses este proyecto que los munícipes se han empeñado en llamar 'Naval Azul'. El nombre es evocador, pero resulta más propio para una película de la romántica familia del Capitán Trapp que para un espacio llamado a ser una turbina generadora de riqueza y empleo para Gijón.
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