La sonrisa de Matt Damon

En Elysium nadie está enfermo porque cuentan con unas máquinas llamadas 'Med-Pod' que son capaces de curar cualquier tipo de enfermedad -hasta las que hoy consideramos directamente mortales-, a través de regeneración celular y atómica. Máquinas que son exclusivas para ricos, por supuesto, que son quienes pueden pagar por usarlas. Al resto de la población mundial le toca morir. Y sé que no es comparable el argumento de esta película, no al menos todavía, con nuestra situación actual, pero por mi cabeza no dejan de pasar imágenes del film cada vez que escucho lo de crear corredores limpios de coronavirus para, por ejemplo, ir de vacaciones.

La imaginación es libre y a veces también juega a ver más allá del aquí y ahora; ver cómo simples propuestas, en principio presentadas como inocentes, como salvadoras, pueden acabar convirtiéndose en justo lo contrario. No sería la primera vez que algo semejante ocurriera. ¿Cuántas ideas, cuyos objetivos primeros eran muy diferentes a como en último lugar acabaron, hemos conocido? Solo hay que nombrar algunas revoluciones.

Y al ver las noticias sobre posibles creaciones de pasaportes bien para vacunados (obviando que estos pueden infectarse e infectar, aunque ellos ya no sufran el virus), bien para personas libres de coronavirus, pienso en todas esas ventajas exclusivas y excluyentes que les proporcionarían, tales como asistir a conciertos, ir de vacaciones o moverse libremente en entornos especiales para ellos. ¿Y cómo se conseguirían los pasaportes? Pues es en ese punto donde en mi cabeza suena un clic y la sospecha se instala. Me chirría la idea. ¿Y saben por qué? Porque a pesar de las diferencias evidentes, veo Elysium, pero sin un Matt Damon que nos ayude y sin su sonrisa. Veo que aquellos que más tienen podrán pagar todo tipo de pruebas para demostrar que están libres de coronavirus y así viajar. Y veo que esos viajes podrían llevarles, por ejemplo, a países donde puedan vacunarse sin esperar turno y empezar así a utilizar los otros corredores seguros para vacunados que también se quieren crear. Y esto no es algo descabellado. Ejemplos reales tenemos. Reales en todas sus acepciones. Es decir, que mientras el grueso de la población espera paciente su turno encerrada perimetralmente para poder tan solo hacer una simple vida normal, habrá quién pueda disfrutar de la vida loca, como vulgarmente se dice, gracias a esas maravillosas ideas que se venden como salvadoras. Usarán una 'Med-Pod'.

Y a mí todo esto me preocupa porque veo su potencial riesgo. Y no tanto por el hecho de que haya quien pueda viajar y vacunarse saltándose colas y protocolos -el mundo es así-, sino por la idea de identificar a la gente como segura o no segura, limpia de virus y cosas similares para que pueda obtener una serie de beneficios excluyentes para el resto de la población. Ojo con este tipo de señalamientos que pueden acabar trayendo consigo más brecha social, más distanciamiento entre los que más tienen y los que menos, y quién saben si alguna consecuencia indeseada más que ahora mismo no alcanzamos a ver, por imaginarla solo producto de la ciencia ficción. Y quizá sea así, ojalá, fruto de la imaginación y la fantasía. Firmaría por ello, pero la Historia nos ha demostrado muchas veces que tendemos a equivocarnos.