Ayer me acerqué a San Lorenzo con mis críos y junto a Javi Pascual, otro exciclista como yo, para ver el paso del pelotón y, ... después, disfrutar del final por televisión porque la previsión daba lluvia y ya nos habíamos llevado una buena mojadura el día anterior. Llevamos periódicos para entregar a los ciclistas para luchar contra el frío. Nadie puede imaginar la ilusión que les hace a los pequeños dárselos en la mano a los corredores.
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La etapa cumplió con todas las expectativas. Preciosa. Y eso no hace otra cosa que reafirmarnos en aquello de que Asturias es imprescindible para cualquier competición de alto nivel como la Vuelta. El estreno del Gamoniteiro, que nada tiene que ver con L'Angliru -de hecho me gusta más, aunque las audiencias demuestran que la gente pide subidas épicas-, demuestra que fue una decisión ideal. Algo que ya sabíamos desde hace muchos años aquellos que lo conocemos. Acumula un nivel propio de escenarios míticos. Por ejemplo, del Tour.
Esa carretera tan estrecha y los problemas logísticos para llevar grandes vehículos a la cima habían hecho inviable esta ascensión, pero se han salvado para hacernos disfrutar de una maravillosa etapa.
Resultó muy emocionante. La primera parte nos llevó a pensar que iba a haber dos etapas muy diferentes. La primera, la que iba disfrutar ese escapada de 32 corredores que llegó a disfrutar de una ventaja de más de cinco minutos. Parecía que se iban a disputar entre ellos el triunfo mientras por detrás se viviría una guerra particular entre los que pelean por el 'top ten'. Pero no fue así. Vimos muchos equipos interesados en echar abajo la escapada. Entre ellos, el Movistar, que no se mostró tan diluido como la jornada anterior.
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Me llamó la atención que varias escuadras hicieran muy fácil el liderato del Jumbo. Por ejemplo, el Bahrain. El equipo del líder brilla sin necesidad de desgastarse. Mención para el asturiano Pelayo, que lo intentó. A sus 21 años, aún carece de esa madurez y y esa carga de trabajo necesarios, pero se dejó ver de nuevo. Mucho mérito.
David de la Cruz puso a su equipo a trabajar. Parecía que tenías buenas piernas e hizo un ataque valiente en el Gamoniteiro que hizo soñar con una victoria española que no termina de llegar. Pero se encontró con 'Superman' López, que logró un triunfo con componente nacional. El Movistar, el equipo más representativo del país, no se va de vacío.
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Estas dos etapas han puesto al Principado de Asturias en el mapa. Se venden más bicis que nunca porque es un deporte maravilloso para hacer ejercicio y, a la vez, turismo. Hay que aprovecharlo.
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