«Querer a la gente y que te quieran es muy importante»
Fina Clemente, nieta del fundador, lleva 72 años en el comercio
PPLL
Lunes, 19 de enero 2015, 00:34
Corría el año 1904, concretamente el 11 de noviembre cuando el joven Sabiniano Clemente, de treinta años, firmaba el contrato de arrendamiento de un local y una buhardilla en la calle Mon. De profesión dependiente, Sabiniano llegó desde San Millán de los Caballeros (León) y abrió en el corazón del casco antiguo de Oviedo una tienda de ultramarinos. El alquiler de la época que el leonés pagaba al dueño del inmueble, Baldomero Argüelles, era de dos pesetas diarias: peseta y media por el bajo y la otra media por la buhardilla.
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ALGUNOS DATOS
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Historia
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En 1904, el leonés Sabiniano Clemente abre, en la calle Mon la tienda de ultramarinos que lleva su nombre. En 1943, su nieta, Fina Clemente de catorce años llega a Oviedo y desde entonces no se ha movido de la tienda. El 18 de febrero cumplirá 86 años y setenta y dos detrás del mostrador. Por el momento, Fina no se plantea dejar el negocio.
Ciento diez años después, el negocio continúa abierto regentado por la nieta de Sabiniano, Josefina Clemente, más conocida como Fina. Lleva desde los catorce años en la tienda, cuando llegó a Oviedo desde su Grado natal y empezó a ayudar a su abuelo en el negocio. Fina cumple en un mes 86 años y día tras día atiende en la tienda con la misma ilusión y dedicación que desde 1943.
Fina, no tiene una fórmula para descifrar el éxito de Sabiniano Clemente tras más de un siglo de existencia aunque lo que sí tiene claro es que «hay que ser trabajador y honrado. Además en esta tienda, querer a la gente y que la gente te quiera es muy importante. Yo recibo muchas demostraciones de cariño, el dinero se necesita para vivir pero que te quiera la gente y quererla es fundamental», asegura mientras prepara un pedido que le acaban de encargar por teléfono.
Su vida es la tienda, en ella pasa doce horas diarias excepto los domingos. Por el momento, Fina no se imagina su rutina sin estar detrás del mostrador de Sabiniano Clemente. «Nunca hice otra cosa más que estar aquí y no me encuentro en otro sitio ya con los años que tengo. Mientras tenga capacidad no pienso dejar de trabajar, estoy muy a gusto aquí». De hecho, tantos años y horas en la tienda hicieron que en 2010 recibiera la Medalla al Mérito en el Trabajo, este reconocimiento «supuso una enorme satisfacción y un homenaje a mi abuelo», señala Fina.
Su trato cercano, amabilidad, ese saludo nada más abrir la puerta aporta valor añadido a una tienda histórica en el Oviedo antiguo. En las estanterías y las neveras se puede encontrar de todo con mucho protagonismo de los productos asturianos. La zona en la que se encuentra es una de las más transitadas por turistas y algunos entran a comprar gracias a alguna promoción. «Hay algún guía que me hace propaganda comentando la antigüedad del comercio». Recuerda los inicios con su abuelo, «no teníamos tantos productos, me acuerdo que vendíamos piñas, arena».
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La clientela es fiel y generación tras generación continúa comprando en la tienda. «Hay familias que llevan gastando en la tienda desde que se fundó y gracias a ellas se mantiene el negocio». En Sabiniano Clemente, los pedidos y las cuentas, se realizan a mano. «No me fío de las máquinas, así que primero lo hago en la máquina y luego en el papel para comprobar que da lo mismo, sigo haciendo las cuentas a mano todos los días».
Hace varios años que el local y el edificio son propiedad de Fina, «no me canso de agradecer a las personas que nos ayudaron a comprar el edificio», confiesa.
Por ahora, no hay un claro relevo generacional que continúe con la tienda en los próximos años, Fina tiene dos hijas y varios nietos. «Ellas tienen otras profesiones y los nietos aún están estudiando, pero nunca sabes lo que te va a deparar la vida».
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