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El Instituto de la Mujer descarta personarse como acusación en el asesinato de María Isabel Márquez

El Instituto de la Mujer descarta personarse como acusación en el asesinato de María Isabel Márquez

Jorge P. V. confesó en una carta ser el autor del crimen de su pareja

Ana Salas

Viernes, 13 de noviembre 2015, 01:04

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La familia de María Isabel Márquez Uría se personará como acusación particular contra su pareja y asesino confeso, Jorge P. V. De ahí, que el Instituto de la Mujer evite hacerlo, informaron desde la Consejería de la Presidencia. Suele ejercerla en casos en los que no hay una parte que defienda los intereses de la víctima, al margen del papel de la Fiscalía. Estudia, sin embargo, la posibilidad de sumarse al proceso como acusación la asociación de Abogadas para la Igualdad. La familia, sin embargo, aún está pendiente de presentar en el Juzgado de Violencia sobre la Mujer la documentación necesaria para personarse en el caso, al menos ayer la abogada del presunto asesinato de María Isabel Márquez, Ana Arrojo Sánchez, no tenía constancia de ello.

La letrada visitó a su defendido el miércoles por la tarde en la cárcel de Villabona, donde fue trasladado el martes tras prestar declaración ante la magistrada titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer, Mónica Casado Gobernado, y la Fiscalía solicitara prisión provisional sin fianza.

Desde el primer momento, Jorge P. V. confesó que es el autor del asesinato de su pareja. Lo hizo en las cartas que le escribió declarándole su amor, pidiéndole perdón y asegurando que el mal se había apoderado de él. Así lo expresó en la nota que dejó en el buzón de una oficina del mismo edificio donde vivían en la calle General Zubillaga, al entregarse el lunes a la Policía Nacional de Gijón y ante la jueza el martes. A la magistrada le ofreció un detallado relato del crimen.

La mató el jueves para «salvarla de los problemas económicos» que sufrían, le explicó. Una situación que trató de ocultar a María Isabel con todo tipo de mentiras. Cuando fueron insostenibles, decidió golpearla hasta asesinarla. A la jueza también le contó que sufría un trastorno de la personalidad por el que había estado en tratamiento hasta en once centros psiquiátricos de distintas comunidades autónomas, y en algunos llegó a estar ingresado por periodos de un mes. Su abogada solicitará todos los informes para definir su estrategia de defensa.

Su representado describió a María Isabel como a una persona que «se ahoga en un vaso de agua», que sufría «mucho», incluso imaginando que los problemas económicos pudieran acabar siendo como fueron. Ella se había dado de baja del Club de Tenis de donde era socia, quizá sospechando una situación así.

Llevaban varios años viviendo juntos en el piso de General Zubillaga. Él es de Barcelona y tiene 51 años. Ella, natural de Bilbao, murió con 65. La mujer se había divorciado y rehecho su vida con Jorge P. V. Contaba que era feliz con él y que incluso pensaban comprarse un piso junto. Él, sin embargo, tenía otros planes.

Según su versión, la engañaba para evitarle el sufrimiento de que supiera que las deudas cada vez eran mayores. Llegaron a cortarles la luz. Cuatro días permaneció en la vivienda María Isabel hasta que se encontró su cuerpo. Dos noches durmió su verdugo fuera, en un céntrico hotel. Pero el domingo lo hizo en la vivienda, junto al cuerpo inerte de su víctima. Desde que la mató y hasta el lunes, regresó a la casa en varias ocasiones. Escribió su intención de suicidarse. El lunes buscó una ubicación para lanzarse al mar pero finalmente pensó que lo más «justo para su pareja era pagar» por lo que la había hecho: matarla a golpes con una mancuerna. Se presentó en una comisaría de Gijón cuando los agentes ya habían empezado a buscarle. Habían descubierto en Oviedo el crimen y las tres cartas que le había escrito a María Isabel.

El acusado quiere ahora pasar a la Unidad Terapéutica y Educativa de Villabona para tener «más intimidad».

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