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CECILIA PÉREZ
Lunes, 23 de enero 2017, 00:43
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La comunidad judía en Asturias reinauguró ayer su monumento en recuerdo de los seis millones de judíos asesinados por la maquinaria nazi durante la II Guerra Mundial. El Campo de San Francisco fue el lugar escogido para reubicar este nuevo monumento. Hubo uno ubicado en el parque de Invierno pero pereció víctima del vandalismo. «Es un gran paso, porque significa tener un monumento del acontecimiento más grave del siglo XX en el corazón de Oviedo, que es donde debería haber estado desde el principio», apuntó Aida Oceranski presidenta de la comunidad judía del Principado de Asturias.
Este nuevo monolito, consistente en una piedra que hace de soporte a una placa conmemorativa y cuenta además con una estrella de David, ha sido posible gracias a las aportaciones voluntarias. «Viene a representar el sufrimiento y el dolor de las víctimas del Holocausto. Es un símbolo de lo que no debe de pasar, de la sinrazón, para que todo el mundo lo recuerde», afirmó Oceranski.
Velas y piedras
La ceremonia de reinauguración del monumento a las víctimas del Holocausto se convirtió en un homenaje a los seis millones de judíos que perecieron en los campos de concentración nazis. Un millón y medio fueron niños. El acto también sirvió para recordar a todas las víctimas del régimen nacionalsocialista impulsado por Hitler y que desencadenó en uno de los acontecimientos más trágicos del pasado siglo: gitanos, personas con discapacidad, intelectuales, homosexuales, comunistas, republicanos o contrarios al gobierno nazi.
La presidenta de la comunidad Judía en Asturias también quiso hacer mención a los más de nueve mil españoles recluidos en los campos de concentración alemanes y polacos, de ellos, 166 eran asturianos. La mitad murieron prisioneros o fueron asesinados. Solo hubo 3.809 supervivientes españoles.
La ceremonia de ayer sirvió para recordar a los seis millones de judíos asesinados por los nazis y seis velas sirvieron de homenaje. El acto se cerró con la deposición de piedras alrededor del monumento, en honor a las víctimas del genocidio. Al acto acudieron representantes de la comunidad gitana, de varias logias masónicas y de asociaciones de personas con discapacidad, además de la concejala de Atención a las Personas, Marisa Ponga, y varios ediles del PP.
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