A la derecha, Fina y Elvia Clemente, recibidas con aplausos en Trascorrales.

Más que dos tenderas

Fina y Elvia Clemente, veteranas comerciantes de El Antiguo, reciben un homenaje a toda una vida de hacer barrio

DANIEL LUMBRERAS

Viernes, 17 de febrero 2017, 03:33

Fina y Elvia Clemente no son solamente dos comerciantes de una tienda de ultramarinos de la calle Mon que lleva abierta desde 1904. Son historia viva de El Antiguo. Dos mujeres que hacen barrio, que en cada bolsa ponían unas galletas de la abuela, daban charla y consejo y hacían más de una vez la vista gorda cuando fiaban y no les pagaban.

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Por todo eso y mucho más, Trascorrales se llenó ayer. Más de doscientas personas acudieron a la cena-homenaje que la asociación Oviedo Redondo organizó para agradecer a las Clemente su labor incansable: Fina lleva setenta y cuatro años tras el mostrador y Elvia se retiró no hace mucho. Las dos entraron por un pasillo de aplausos, besos y música de los alumnos de la Escuela Municipal.

«Me encuentro muy emocionada, gracias por la demostración de cariño. Siempre es importante querer y que te quieran», pronunció Fina, al borde de la lágrima. «No hay palabras», alcanzó a decir Elvia.

El expresidente de Oviedo Redondo, Francisco García, 'Pancho', afirmó que si la calle Mon «no llevase el nombre de tan insigne personaje debería llamarse hermanas Clemente». «Esos bocadillos de chorizo y queso que hacíais merecen estar en la vía de las estrellas», apuntó.

También intervino el alcalde, Wenceslao López: «Setenta y cinco años en el barrio con una tienda de ultramarinos es la leche». Él lo sabe bien. Sus padres regentaban una y «tenían una libreta donde apuntaban lo que se fiaba, engordaba mucho y cerraron». Por su parte, el concejal Roberto Sánchez, moscón como ellas y sobrino segundo suyo, las elogió como «el mejor antídoto contra las miserias humanas» en tiempos de muros.

Además, el escritor Eduardo Romero leyó un fragmento de 'En mar abierto' donde se describe el comercio de ultramarinos. Como regalo, las dos hermanas recibieron dos placas con fragmentos relativos al comercio de 'Tigre Juan' y 'Nosotros los Rivero' y una reproducción del 'Carbayón'. No sobró ni un cubierto en la cena. Y como mañana Fina hace los 88, le cantaron: '¡Cumpleaños feliz!'.

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