De Lorenzo aviva la polémica de la seguridad del entorno del Tartiere tras una detención

Un día antes de que se celebre la Junta Local de Seguridad convocada por el alcalde tras la crítica público realizado por el delegado del Gobierno, el ambiente ha vuelto a caldearse. Si la pasada semana Gabino de Lorenzo enviaba una carta reprochando al Ayuntamiento las deficiencias de seguridad detectadas en el estadio Carlos Tartiere y su entorno, ahora viene a probarlo con datos, los del último fin de semana. Revela que sus agentes de la Policía Nacional tuvieron que realizar un despliegue especial al coincidir un partido de fútbol con la celebración de un festival de música en las cercanías, permitido por el Consistorio. El dispositivo se saldó «con un detenido, una treintena de actas por consumo de drogas y cuatro incautaciones de armas», cuenta De Lorenzo al regidor municipal, Wenceslao López, en una nueva misiva enviada ayer mismo al Consistorio y sobre la que, de momento, no ha habido respuesta.

Para entender las recriminaciones, amplificadas por el delegado del Gobierno con sendas notas de prensa, hay que retroceder al pasado jueves, cuando el actual equipo de gobierno municipal anunció la apertura de un expediente por responsabilidad patrimonial en la expropiación del palacete de Villa Magdalena. Esa acción iniciada por el Ayuntamiento contra el propio De Lorenzo y cuatro de los que eran sus concejales durante su época como regidor municipal quedó al día siguiente vinculada a la protesta sobre el Tartiere. Muchos vieron en ese tirón de orejas sobre la seguridad del estadio una revancha. Máxime cuando hablaba, además de una supuesta falta de colaboración de la Policía Local, de hidrantes que no funcionaban en el interior del estadio, uno de los temas que en el último año más ha traído de cabeza al Consistorio tras el incendio de Uría que se saldó con la muerte de un bombero.

Otro de los puntos del informe remitido por el delegado del Gobierno al Ayuntamiento reprochaba que se diera permiso para celebraciones en el exterior del campo los días en que estaban señalados partidos. Ponía como ejemplo el festival de música previsto para el pasado fin de semana, un evento que estuvo controlado al milímetro. La Unidad de Intervención Policial, la Unidad de Prevención y Reacción, el Grupo Operativo de Respuesta y los Guías Caninos se desplegaron para controlar el Tartiere y su entorno.

«Al objeto de garantizar el normal desarrollo del partido que enfrentaba al Real Oviedo con el Alcorcón y el festival de música a escasos metros se estableció un amplio dispositivo», señala el delegado del Gobierno en esa segunda carta enviada ayer al alcalde. Lo hicieron por la alta afluencia, pero también porque «algunos de los grupos musicales participantes utilizan en las letras de sus canciones expresiones ofensivas que presuntamente pudieran constituir humillación y desprecio para las víctimas del terrorismo de ETA y que pudiera incitar algún acto vandálico». El resultado fue treinta actas de incautación de dogas y cuatro por tenencia de armas blancas. También procedieron a la detención de un hombre que horas antes había sido localizado cuando portaba cocaína. El arrestado, informan desde la Policía Nacional, profirió insultos a los agentes y se negó a identificarse. Fue detenido por atentado a un agente de la autoridad tras propinarle, supuestamente, una patada.

Todas esas intervenciones son las que Gabino de Lorenzo ha puesto en conocimiento del alcalde basándose «en los principios de colaboración, cooperación y coordinación que deben inspirarnos», señaló, con ironía, en vísperas de la junta de seguridad. Mientras, los organizadores del festival de música se ven «en medio de una guerra política ajena». «Nosotros somos una asociación cultural sin ánimo de lucro que llevamos cinco años trabajando y nunca hubo problemas. El despliegue policial fue desproporcionado», valoran.