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José Antonio García Fidalgo, en una imagen de archivo.
«Las esperanzas de encontrar a mi hermano están perdidas»

«Las esperanzas de encontrar a mi hermano están perdidas»

La hermana del vecino de La Ería, desaparecido hace cuatro meses, teme que el cadáver hallado en Las Xanas sea el de José Antonio García Fidalgo

CECILIA PÉREZ

Sábado, 3 de junio 2017, 00:22

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José Antonio García Fidalgo lleva desaparecido desde el pasado 5 de febrero. Cuatro meses sin que su familia haya tenido noticia alguna de este vecino de La Ería, oriundo de Sograndio de Proaza. Su única hermana, Soledad García Fidalgo, ha pasado todo este tiempo con gran incertidumbre y preocupación al desconocer qué le pudo ocurrir a José Antonio, al que estaba muy unida.

La aparición de un cadáver el pasado martes, en avanzado estado de descomposición en un arroyo del desfiladero de Las Xanas, muy próximo al lugar de nacimiento del desaparecido, fue como un jarro de agua fría para esta mujer de 76 años. «Están perdidas las esperanzas porque después de cuatro meses sin saber de él ahora llega esto», se lamentó en el transcurso de una conversación mantenida con EL COMERCIO, ayer por la tarde.

Soledad García Fidalgo aseguró que está en continuo «contacto» con el equipo de la Comandancia de la Guardia Civil de Mieres que se ha hecho cargo de la investigación. «Hablé con ellos hoy mismo (por ayer) y me dijeron que iban a ir al juzgado pero no sé nada más», especificó sobre un caso que está bajo secreto de sumario.

Una de las lineas de investigación barajadas es que el cuerpo hallado el martes pudiera ser el de José Antonio García Fidalgo. Sin embargo, el estado en el que se encontraba el cadáver dificulta su identificación. Habrá que esperar a los resultados de la autopsia y de los análisis genéticos para confirmar o descartar esta hipótesis. «Hasta que no tengamos los resultados no podemos hacer nada, solo paciencia».

Afirmó no mantener contacto con la que fuera pareja de su hermano y última persona que estuvo con él, como ella misma reconoció entonces, a este diario. «La conocí el día que interpuse la denuncia. Le di mi número de teléfono y nunca más me llamó», concluyó.

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