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José María Navia-Osorio, Antonio Masip y Sofía Fernández Peña. VALLINA
Antonio Masip recuerda a un «hijo adoptivo de Oviedo olvidado», el marqués de Valero de Urría

Antonio Masip recuerda a un «hijo adoptivo de Oviedo olvidado», el marqués de Valero de Urría

El exalcalde socialista abre el VI ciclo de conferencias de la Asociación de Amigos de Vetusta, Lancia y Pilares en la sede del Ridea

A. ARCE

OVIEDO.

Martes, 25 de febrero 2020, 01:28

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Las andanzas vitales del intelectual Rafael de Zamora y Sierra, el cuarto marqués de Valero de Urría, pueden dividirse en dos partes: toda una vida en París -cuna de la revolución del siglo XIX- por un lado; y su etapa en Oviedo (entre 1890 y 1908), que le sirvió para atesorar hitos literarios, entablar amistad con algunos de los intelectuales más importantes de su época y a ser, entre otros logros, el primer presidente de la Sociedad Filarmónica de Oviedo. Al menos, ese es el desglose que hizo ayer el exalcalde de la ciudad, Antonio Masip, del ilustre «hijo adoptivo de Oviedo». Eso sí, «olvidado por muchos» desde su fallecimiento en el que era su domicilio de la calle Uría con Fray Ceferino a los 46 años de edad, pero «que merece la máxima atención» de la historia local.

Masip se encargó de hacerle un poco de «justicia» durante la apertura del VI ciclo de conferencias de la Asociación de Amigos de Vetusta, Lancia y Pilares en la sede del Real Instituto de Estudios Asturianos, con una charla que llevó el título de 'El marqués de Valero de Urría. Un personaje polifacético injustamente olvidado'.

«Un hombre poliédrico, con la impronta de la primera revolución parisina, de padres cubanos y posibles económicos para cultivarse entonces, y hasta veranear en casa de Winston Churchill para aprender inglés», relató Masip frente a una audiencia que casi colmó la sala.

Rafael Zamora paseaba a diario desde el Café Español, situado en el local que hoy ocupa la Librería Polledo en la calle del Peso, hasta su domicilio y biblioteca personal de la calle Uría. Fue elogiado en vida y literatura por Ramón Pérez de Ayala, Emilia Pardo Bazán (la madre del Naturalismo español) y Azorín, y «ayudó a Leopoldo Alas, 'Clarín'» en la necesaria tarea entonces de «españolizar» el francés de Émile Zola, aseveró Masip. «No hubo aquí un tipo más fantástico», sentenció.

De este modo, el ciclo de conferencias de temática ovetense continuará una vez al mes en el antiguo Palacio del Conde de Toreno. El siguiente protagonista será el historiador del arte Iván Mallada Álvarez, el 23 de marzo, con una charla sobre los arquitectos Galán. Y un año más, quedará reservada una jornada «de padre a hijo» que estará dedicada al filósofo Gustavo Bueno desde la visión de su hijo, el biólogo Álvaro Bueno, el próximo 18 de mayo.

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