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CECILIA PÉREZ
OVIEDO.
Miércoles, 20 de diciembre 2017, 00:24
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Los acusados de apuñalar por la espalda a un portero de un pub en El Antiguo reconocieron ayer la agresión pero argumentaron que fue en defensa propia. Lo hicieron durante la primera parte del juicio celebrado en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial. Hoy, a partir de las diez y media de la mañana, continuará la vista oral.
Los dos procesados, que son hermanos, esgrimieron ante el Tribunal que el apuñalamiento se produjo para evitar que el portero les hiriese con una botella rota de vidrio tras un altercado en el baño del establecimiento que se inició cuando les sorprendió «preparando unas rayas» y «esnifando» cocaína.
El primero en declarar, en una vista que se prolongó durante tres horas y media, fue el acusado de propinar el navajazo al portero. «Le enganché pero en ningún momento mi intención fue hacer daño al chico», se defendió.
A preguntas de la Fiscalía y de la acusación particular, ejercida por la letrada Silvia Hevia, el procesado relató que agredió al portero porque «me atacó con una botella y por eso me defendí». El Ministerio Fiscal insistió en la gravedad del hecho y recordó al acusado que llegó a asestar hasta tres «navajazos», algo que este no negó. «Parece ser que sí», reconoció.
Durante la vista también explicó que la noche que sucedieron los hechos, el 25 de marzo de 2016, él y su hermano habían consumido «cinco gramos de cocaína» y «muchas copas» durante siete horas.
Respecto a cómo se originó la agresión, el primer acusado dijo que «todo lo recuerdo muy borroso». Aún así, pudo explicar ante la sala que apuñaló al portero en el interior del baño después de que este le alzase y rajase con una botella que encontró en una repisa del aseo tras obligarles a abandonar este espacio donde estaban consumiendo la droga. «Vi que una botella venía a mi cara desde arriba porque él es más alto que yo». El acusado exculpó a su hermano, al que la Fiscalía acusa de haber sujetado por la espalda al agredido. De él dijo que en el momento de la agresión se encontraba «muy asustado» y apartado del lugar de los hechos. Sin embargo, un testigo avaló el testimonio del denunciante.
El segundo en declarar fue el hermano del agresor. Dijo recordar que vio cómo este portaba una navaja en la mano para «defenderse del chaval tras sacar la botella». Sin embargo, contradijo a su hermano al asegurar que la agresión se produjo fuera del baño.
Por su parte, la víctima relató que entró en dos ocasiones al servicio del local para pedirles que salieran del lugar. En esa primera ocasión, los procesados le dijeron que «no había ningún problema». Sin embargo, continuaron e impidieron, además, el acceso al resto de clientes. Por este motivo el portero acudió una segunda vez. En esta ocasión, dijo, comenzaron a atacarle e insultarle. En ese momento, acudió un relaciones públicas del local para calmar los ánimos.
El portero decidió salir del aseo cuando sintió que le «agarraban por la espalda» y notó «un pinchazo». También reconoció haber cogido una botella para intentar repeler la agresión, pero que lo hizo después de haber sido apuñalado y que en ningún momento la llegó a utilizar.
El herido salió a la calle y avisó a una patrulla de la Policía Nacional que se encontraba en el lugar. Los agentes procedieron a detener al agresor pero no a su hermano, ya que la víctima no dijo que este le había sujetado durante el ataque. «De haberlo dicho lo habríamos detenido», aseguró uno de los agentes que testificó en el juicio. El detenido llegó a destrozar la puerta del vehículo policial a cabezazos.
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