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El fallecido Mamel Castañón, en una foto de archivo. E. C.
El autor del atropello mortal de Mamel Castañón se fue después de copas y a un club de alterne

El autor del atropello mortal de Mamel Castañón se fue después de copas y a un club de alterne

Tras huir del lugar del siniestro sin auxiliar a la víctima, Iván G. G. confesó al dueño de un bar de Colloto que había hecho «algo muy grave»

CECILIA PÉREZ

OVIEDO.

Sábado, 27 de julio 2019, 01:05

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Iván G. G. atropelló mortalmente a Mamel Castañón en la calle Argüelles la madrugada del 26 de mayo. No le prestó auxilio y huyó con su coche hasta Colloto, como así recogió el informe del atestado policial. Allí entró en un bar de copas, donde continuó bebiendo hasta que el propietario del local lo echó del establecimiento «tras discutir con una chica». Al ser expulsado del bar, pidió un taxi para que lo llevara a un conocido club de alterne de la localidad sierense de Viella.

Estos son algunos de los detalles que se han conocido tras la declaración de varias personas que mantuvieron contacto con el procesado horas posteriores al siniestro que acabó con la vida de Mamel Castañón, de 43 años. Iván G. G. está, actualmente, en libertad con cargos. Se enfrenta a tres delitos: uno de homicidio imprudente, uno de conducción temeraria y otro de abandono del lugar de un accidente.

Ayer declararon dos de esos testigos en el Juzgado de Instrucción número 1. Lo hicieron en presencia del abogado de la madre y hermanos de Mamel, Jorge García González; también ante el letrado del padre de la víctima, que se persona como acusación por su parte; y el letrado del procesado, Gonzalo Botas.

Esos testigos son el propietario y la camarera del bar de copas de Colloto al que acudió el procesado tras el atropello. En sede judicial, la camarera aseguró que observó como Iván G. G. llegó al local «bastante excitado y como pasado» sobre las cuatro menos cuarto de la madrugada del 26 de mayo. Quince minutos después del atropello y tras dejar aparcado el coche, seriamente dañado tras el impacto, a unos diez metros del local. Recordó que Iván G. G. «se estaba metiendo y discutiendo» con una de las clientas. El propietario del local tuvo que mediar hasta el punto de «invitarle a irse». Fue en ese momento cuando el procesado le llegó a confesar que esa noche había hecho «algo muy grave». El propietario no insistió en conocer más detalles y terminó expulsándolo debido a la actitud que continuó mostrando contra la clienta.

Tras abandonar el local Iván G. G. solicitó un taxi para ir a un conocido club de alterne ubicado en Viella, Siero. El taxista estaba llamado a declarar este jueves junto con otros dos testigos más. Al no poder asistir a la cita judicial, su declaración se ha pospuesto hasta el próximo mes de septiembre.

Pero, según pudo conocer este periódico, este taxista que trasladó al procesado hasta el local de alterne aseguró, durante la fase de investigación policial, que Iván G. G. parecía ir «bajo la influencia de bebidas alcohólicas» y que «su aliento desprendía un fuerte olor a alcohol».

Pendiente también está la declaración de un segundo taxista, el que le llevó de vuelta a su domicilio en Vallobín, donde le detuvo la Policía Local tras haberlo identificado gracias a las cámaras de seguridad del Teatro Campoamor. Registraron el atropello.

Otro de los testigos que prestará declaración en septiembre es un conductor que se topó con el procesado minutos antes del fatal atropello. Coincidieron en el semáforo que regula el cruce entre las calles de Marqués de Santa Cruz, Fruela y la plaza de La Escandalera. Vio a Iván G. G. colocarse en paralelo a su vehículo y como a los mandos del volante comenzó a «gesticular» y mirarle «de manera desafiante».

La alcoholemia

Iván G. G. arrojó un resultado de más de 0,80 miligramos de alcohol por litro en aire espirado tras su detención. Una tasa que triplica al límite permitido, cifrado en 0,25. Aún así, la prueba no podrá ser tenida en cuenta en el proceso porque se realizó seis horas después de que atropellara a Mamel Castañón por lo que carece de validez judicial.

El atestado policial junto con la reconstrucción del atropello concluyó que el procesado entró en la calle Argüelles «a noventa kilómetros por hora» y que en el momento del impacto contra Mamel Castañón circulaba «a sesenta». La víctima salió despedida 21 metros hasta empotrarse contra una semáforo.

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