El profesor Santiago González del Valle asumió la presidencia de la centenaria Sociedad Filarmónica a principios de octubre, tras el fallecimiento de Jaime Álvarez-Buylla ... hace siete meses. La entidad pasó por una situación crítica que se solventó gracias a la ayuda municipal de 20.000 euros aprobada en el pleno de noviembre. Les permitirá seguir adelante, traer artistas de renombre a los conciertos del Teatro Filarmónica y entre los objetivos de la junta directiva, que es prácticamente igual a la anterior, está acometer reformas como colaborar con sus homólogos españoles.
-Su relación con la Sociedad Filarmónica le viene de familia. Su bisabuelo fue unos promotores y fundadores.
-Todo surgió gracias a un grupo de ovetenses que quería potenciar la música instrumental. En Oviedo había la parte lírica, ópera y zarzuela que se hacía en el teatro del Fontán, pero la especialidad de cámara era un desastre. No había respuesta por parte del público.
-Los primeros conciertos no contaron con el respaldo de los ciudadanos.
-Así es, pero poco a poco se fue consolidando la afición. En 1907
arranca la Sociedad Filarmónica.
-Los socios se fueron sumando.
-A través de un concierto en el teatro Celso, de la calle Jovellanos, se hicieron creo que treinta. Fue creciendo hasta crearse la afición.
-Hoy en día la música de cámara reúne muchos seguidores.
-Aquello fue el germen. Oviedo siempre fue una ciudad muy musical, pero es un poso de muchos años. No surge de la nada, lo que se hizo es potenciarlo y cuidarlo. En cuanto paras de estimular al público, se viene todo abajo.
-¿Se están haciendo bien las cosas hoy en día?
-La oferta que hay es muy importante.
-¿Cómo han cambiado los gustos musicales en este siglo y pico de Sociedad Filarmónica?
-Los gustos no cambian tanto dentro de lo clásico. Nosotros estamos obligados a programar las cosas que les gustan a los socios; no estamos para dar lecciones o crear un gusto nuevo. Es una programación conservadora.
-Gracias a la Sociedad Filarmónica han tocado en Oviedo compositores y músicos muy importantes en Europa.
-Por aquí ha pasado lo mejor. La única manera que había antes de dar a conocer los músicos y los intérpretes era presencialmente. Después surgieron los discos.
-¿Apuestan más por el piano que otros instrumentos?
-No, por la música de cámara en general.
-¿La actividad en este siglo se ha interrumpido en algún momento?
-En la revolución del 34, que se quemó el Campoamor que era de aquella la sede de los conciertos, y en la guerra civil. El siguiente parón fue ahora con el coronavirus.
-Con la muerte de Jaime Álvarez-Buylla confesaron estar en una situación crítica que han solventado gracias a la ayuda municipal.
-Es un balón de oxígeno. Sin ella no podríamos haber arrancado la temporada, lo cual nos permite sobrevivir un año más y tener el tiempo suficiente para acometer las reformas.
-¿Cómo cuáles?
-Son muchas. Ciertos cambios en la configuración de la sociedad, atracción de nuevo público, colaboración con otras sociedades filarmónicas, digitalización y ampliar la oferta a través de los medios electrónicos. También, y si podemos, ampliar a oferta de los artistas para ofrecer conciertos que atraigan a espectadores jóvenes.
-¿Qué tienen programado para este trimestre?
-El 26 tendremos un dúo de viola y piano con Cristina Gestido y Mario Bernardo y el 2 de febrero actuará Forma Antiqvua. El 10, Orquesta Arte Clásico Chamber Strings; el 24, Brasstur Ensemble; el 3 de marzo, Madrid Festival Quartet; el 10, la violinista Valeria Zorina y el chelista Alejandro Biancotti y el 31, Konstantin Scherbakov. Todo esto es gracias a la ayuda municipal.
-La entrada es limitada a los socios.
-La idea, en el futuro, es abrirlo al resto con entradas, pero la situación que tenemos ahora es tremenda. Cogen poco más de cien socios en el Filarmónica.
-Tienen muchos más.
-Son 350. Bajó mucho anteriormente y en la actualidad, milagrosamente, se está manteniendo. Hay algunos que son de toda la vida y gracias a su fidelidad hay hasta nietos y biznietos.
-¿Harán algún homenaje a Álvarez-Buylla con la Fundación Municipal de Cultura?
-Nosotros se lo hicimos en el primer concierto de la temporada y el primero de diciembre. Con ellos, por el momento, no.
-¿Tienen previsto hacer alguna otra actividad con la entidad presidida por José Luis Costillas?
-Estamos en conversaciones continuas, aunque de momento no hay cerrado nada tal y como están las cosas.
-Entonces tienen buenas relaciones con el equipo de gobierno.
-Muy buenas.
-¿Cómo hacen para reservar el Filarmónica?
-Tradicionalmente teníamos un convenio, que hay que revisar, donde podíamos programar un máximo de treinta conciertos al año y la Filarmónica tenía preferencia para elegir las fechas siempre que se anunciase con un mes de antelación. No se puede cumplir a rajatabla por lo que nosotros pedimos las fechas y la FMC nos dice si el día está libre.
-Un acuerdo que surgió cuando se vendió el teatro.
-Antes era propiedad de la Casa de la Filarmónica y cuando pasó al Ayuntamiento, a través del BBVA, se revisó el uso.
-Por último. Usted es profesor del Conservatorio. ¿Cómo lo llevan?
-Está funcionando bastante bien con todos los problemas de adaptación a todos los protocolos y con el trabajo extra de mantener la previsión de los tres escenario: presencial, semipresencial o todos en casa.
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