Cáritas recoge la insignia de plata de Proyecto Hombre por la labor del CEA

La cita, que reunió a más de medio centenar de personas, entre usuarios de los distintos programas y responsables de las organizaciones, se enmarcó en la celebración del Día Internacional contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, que tendrá lugar pasado mañana en Gijón. «Empezamos aquí, en Oviedo y con Cáritas, por la enorme labor que llevan haciendo en la ciudad desde los últimos veinticinco años, y para poner en valor el Centro de Encuentro y Acogida que, pese a las críticas que ha recibido, es una auténtica necesidad social», manifestó 'Floro', en declaraciones a este diario.

Por eso, Alonso Areces fue claro. «Seguiremos peleando por ello», afirmó en relación al traslado del centro para toxicómanos a una parcela de Cerdeño. «El CEA va a seguir intentando velar por los derechos de las personas pese a todos las dificultades que se nos puedan presentar», explicó. «Nuestros residentes tienen derecho a recuperarse y a emprender una nueva vida» por muchas «turbulencias» que haya traído consigo «nuestra decisión de adquirir una parcela gracias a una generosa donación».

En ese sentido, los vecinos de la zona a la que Cáritas pretende trasladar el CEA ya se han manifestado en decenas de ocasiones contra la iniciativa; no obstante, según Jonte, «la respuesta ciudadana que ha habido ha venido dada por el desconocimiento». Así lo expresó, para a renglón seguido invitar «a toda la ciudadanía a que vengan y conozcan y se atrevan a preguntarse qué hacemos aquí y cómo ayudamos a la gente», manifestó. Y es que tanto el CEA como el programa Proyecto Hombre «van de la mano», matizó el presidente de la entidad católica en Asturias.

Al final del acto se abrió un turno de intervenciones en el que los presentes, los usuarios de los programas para toxicómanos «agradecer» el trabajo de los voluntarios y relatar su experiencia: «Luisi, fuiste una 'dama de hierro' cuando tuviste que serlo, pero eres todo amor y a alguno nos has salvado la vida», comentó uno de ellos. Frente a él, la directora del CEA, sonreía con lágrimas en los ojos.