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C. P.
OVIEDO.
Lunes, 15 de julio 2019, 00:48
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Fue en enero de 2018 cuando H. C. y un grupo de seis amigos subieron al Angliru en un todoterreno que el primero conducía. Les pilló la nieve, anunciada desde varios días atrás, y quedaron atrapados en mangas de camisa y sin el calzado adecuado. Tras avisar al 112, protagonizaron una rocambolesca petición de ayuda en las que el jefe de sala del teléfono de emergencias les llegó a llamar la atención con frases como «ya somos mayorinos» o «cuatro por cuatro, dieciséis».
Según pudo conocer este periódico, ese conductor es el mismo que este sábado protagonizó un espectacular accidente tras empotrarse con su coche en la fuente de Cuatro Caños, en La Corredoria. Los hechos se produjeron en la madrugada del domingo, alrededor de las cinco y cuarto de la mañana. Un fuerte ruido despertó a los vecinos del entorno, que, al asomarse, descubrieron a un Volkswagen Golf sobre la histórica fuente, del siglo XVIII y bien de interés cultural (BIC) desde 1993.
El joven dio positivo en la prueba de alcoholemia con más del doble de la tasa permitida, lo que le ha valido una infracción penal, según confirmaron fuentes de Seguridad Ciudadana.
El conductor descendía desde La Estrecha hacia La Corredoria Baja a una velocidad inadecuada, según explicaron fuentes policiales. En lugar de tomar la glorieta que rodea al monumento, la embistió, el coche salió despedido al chocar con el bordillo y terminó encima de la piletas de la fuente. En el vehículo viajaban, además otro varón y una joven que resultó herida leve que tuvo que ser atendida por el personal de Emergencias.
El conductor que quedó atrapado en el Angliru con sus amigos, ya avisó que «no se nos han quitado las ganas de aventura». Lo aseguró en una información que publicó este diario dos días después del incidente. Sus amigos y él se vieron sorprendidos por la nieve, a pesar de que había aviso de temporal, en La Cueña de les Cabres, a cuatro kilómetros del área recreativa de Viapará, una zona con una inclinación superior al 23%. No podían dar la vuelta y, después de una hora atrapados, a las cuatro y media de la madrugada, llamaron al 112. El jefe de sala del servicio, en una de sus respuestas les espetó la frase que se hizo viral: «Somos mayorinos ya para saber lo que hacemos, ¿eh?». Los chavales denunciaron los modos utilizados por el técnico de emergencias y el trabajador acabó siendo apercibido por ello.
Con todo, el Servicio de Emergencias del Principado de Asturias aseguró que durante el incidente se registraron más de cuarenta llamadas -entrantes y salientes, de los atrapados y desde el 112 a ellos- vinculadas a este aviso y que en todo momento se siguió el protocolo establecido. Aunque sí admitieron que algunas de las expresiones no fueron las más adecuadas.
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