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SANDRA S. FERRERÍA
Domingo, 3 de febrero 2019, 02:44
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El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) está de doble estreno. Por una parte, la geóloga Ángeles Gómez Borrego (Madrid, 1964) es la nueva delegada del organismo en Asturias, cargo que hasta ahora desempañaba su presidenta, Rosa Menéndez. Además, cuentan con una nueva sede que se instala en las oficinas de la Cámara de Comercio de Oviedo. Las ganas de crear contactos y de divulgar el trabajo del CSIC son las principales prioridades de esta madrileña que llegó a Asturias para hacer lo que más le gusta: investigar.
-Era un anhelo de la anterior delegada desde hace muchos años. Ella intentaba encontrar una sede en Oviedo, que estuviera en una localización céntrica y que nos permitiera dar una idea de unidad a todos los centros del CSIC. Además, mejorar para la percepción pública la vinculación entre todos los centros y el CSIC, y por supuesto, facilitar la relación con los agentes sociales y económicos, que es una de las tareas de la delegación.
-Sí, antes estábamos en el Instituto Nacional del Carbón (INCAR), en La Corredoria, pero no era una sede de la delegación como tal. Éramos investigadores de allí, ese era nuestro lugar de trabajo, y desde el Instituto realizábamos las tareas de la delegación. Esta, en cambio, es una sede para todos los centros del CSIC.
En Asturias tenemos cuatro. El más grande es el del Carbón. El siguiente en tamaño es el Instituto de Productos Lácteos (IPLA), que está en Villaviciosa. Esos dos son puros del CSIC. Luego hay dos centros mixtos, en los que participamos con la Universidad de Oviedo y con el Principado. Uno es el Centro en Investigación en Nanomateriales y Nanotecnología (CINN) que está en El Entrego, y la Unidad Mixta de Investigación en Biodiversidad (UMIB) que está en Mieres, y se encuentra en fase de consolidación.
-El CSIC es el organismo español más grande dedicado a la investigación científica. Tiene 120 centros distribuidos por toda la geografía española, más uno que tiene en Roma y una sede en Bruselas. Las investigaciones son sobre todas las áreas del saber, todas las especialidades que merecen dedicar esfuerzo científico en ellas. Hay centros de física, de medicina, de biotecnología, de humanidades. Los que hay aquí son los que se han desarrollado ligados a las necesidades regionales o a situaciones puntuales en las que se ha dado la necesidad de fomentar determinadas líneas de investigación.
-Nosotros realizamos contactos para que los proyectos se realicen en los institutos. Nuestra tarea es darnos a conocer, y establecer contactos con los agentes que puedan estar interesados.
-Sin ninguna duda. Esa es una de las cosas que más falta nos hacen. Durante la crisis, nosotros teníamos proyectos que estaban en curso, y aunque tuvimos recortes importantes esos proyectos se mantuvieron. El problema son la falta de proyectos en los años intermedios, que ahora se notará. Además, hemos perdido mucho personal, sobre todo en formación. Ellos son fundamentales, gente joven y fresca con ideas creativas, gente con mucho interés y dedicación, energía e ilusión.
-¿Es un mundo masculinizado?
-Estamos mejorando mucho. En el CSIC no existe la discriminación como tal, con aspectos relacionados con el género. Pero sí existe lo que llaman 'la tijera', es decir, en los puestos más bajos del escalafón de investigación hay más mujeres, y a medida que se sube hay más hombres y disminuyen las mujeres. Eso nos ocurre. Aunque la gente que entra en el sistema no ve diferencias, o incluso puede haber más mujeres que hombres, a medida que se va ascendiendo hay menos mujeres.
-Puede deberse a múltiples causas. Hay temas de conciliación, de costumbre. Es una combinación, como en cualquier sector de la sociedad, que todas las causas juntas acaban por mostrar esta discriminación. Pero el CSIC lleva años con un gabinete dedicado al seguimiento de los temas de género, en el que se vigila y se cuida que no exista esta discriminación.
-Les diría que si tienen curiosidad, si tienen preguntas y les gustaría profundizar en cómo resolverlas, no hay tarea más gratificante que la investigación. Tiene sus problemas, como conseguir financiación, pero preparar propuestas o proyectos es ilusionante, y ejecutarlos es fantástico.
-Muy importante. Es una tarea que procuramos hacer de diversas maneras.
-Sin duda. Tenemos un déficit grande de vocaciones tecnológicas, sobre todo entre las niñas. Desde el CSIC hacemos un esfuerzo grande en el campo escolar y nuestros investigadores van a colegios, dan charlas, cuentan sus trabajos... Los niños siempre se muestran muy interesados.
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