«La danza es muy efímera, pero con este proyecto se materializa»

Sobre el escenario del Teatro Campoamor ensayan los bailarines. Hoy el patio de butacas está vacío, pero dentro de pocos días, el 9 de agosto, las puertas del teatro se abrirán para mostrar al público la culminación de la VI edición de Estancias Coreográficas. Se trata de un encuentro de investigación coreográfica en el que participan bailarines, coreógrafos, investigadores, artistas plásticos y compositores cuyo objetivo es fomentar la creación artística. «La idea principal de este año es fusionar tradición e innovación. Yo pretendo con este proyecto aportar mi granito de arena a la teorización de la danza», explicó Yoshua Cienfuegos, director del encuentro.

Estancias Coreográficas no empieza cuando lo hacen los ensayos en el teatro, sino que lleva ya meses en marcha y cuando se baje el telón no habrá acabado, el trabajo continuará tomando forma hasta la publicación de un libro con los resultados de su investigación. «La danza es muy efímera, pero con este proyecto se materializa. Es importante crear un soporte teórico para reflexionar sobre la danza», relató Cienfuegos.

En la iniciativa participan 33 bailarines, 13 investigadores, 4 compositores, 4 coreógrafos de renombre y 2 emergentes. El director de este proyecto considera que «todos ellos son personas con una visión abierta a la investigación, personas con inquietud y con calidad. Hay artistas de la tradición, del flamenco y de la danza contemporánea. En Estancias Coreográficas participa gente con gran recorrido, por encima de todo está el equipo y el equipo es la suma de todos los potenciales. Contamos con Marcos Flores y con Juan Carlos Lérida, dos fundamentales del flamenco. Tenemos la sabiduría de Javier García Ávila, una mente muy sabia que aporta la raíz y la tradición del folclore, y tenemos también a Jesús Rivero, folclorista asturiano».

Javier García Ávila, uno de los coreógrafos invitados y experto en folclore español, define su labor como «un trabajo espacial, pero con mi lenguaje, la danza tradicional. Este espectáculo, en teoría, se compone solo, en la primera etapa los coreógrafos trabajan individualmente con los bailarines de manera coordinada y en la segunda etapa, crean una composición para llevar al escenario».

En otra de las salas del teatro, los artistas preparan sus bailes bajo la mirada de Elisa Novo, una de las coordinadoras del proyecto, quien explica en qué consiste el trabajo: «Los ensayos empiezan a las nueve y terminan a las seis de la tarde. Cada hora y media tienen un cuarto de hora de descanso y a las cinco se ponen en común los resultados de investigación del día».

Los bailarines siguen ensayando ante un patio de butacas vacío y esperan encontrarse el 9 de agosto con un teatro abarrotado que vea los resultados de la investigación.