El 73% de los coches circula con un único ocupante y para recorridos de dos kilómetros

El estudio encargado por el Ayuntamiento a Vectio recoge la toma de datos de aforo en 28 puntos y 5.663 encuestas y parece indicar una clara sobreutilización del vehículo privado en los desplazamientos internos. Si se cruzan los datos de aforo y encuestas con los tiempos de viaje, la mitad de estos son de menos de 15 minutos. Sin embargo, nadie es culpable. En la campaña de encuestas sobre movilidad, el abuso del automóvil particular no figura entre las principales preocupaciones de los ovetenses. Todo lo más, en las posteriores reuniones con asociaciones de vecinos se señaló como uno de los conflictos el excesivo número de coches «circulando por la almendra central y a grandes velocidades». Las respuestas, de hecho, son contradictorias. Las preocupaciones de los ovetenses para mejorar la movilidad en vehículo privado van en la línea contraria a reducir el tráfico o su velocidad: la falta aparcamiento gratuito o la regulación semafórica ineficiente para los coches, son dos de ellas.

Ese es, realidad el nudo gordiano, gestionar la movilidad es gestionar conflictos: el que se detecta entre conductores y peatones o entre estos y los ciclistas. Los que se mueven a pie se quejan, en las encuestas del Plan de Movilidad, de la prioridad del vehículo frente al peatón, de la barrera que supone la ronda interior, pero también de que los ciclistas invaden sus espacios. Los que pedalean, del «miedo» a compartir espacio con un tráfico que no respeta la zona 30. Solo los técnicos, señalan el problema del excesivo empleo del vehículo privado y la falta, en determinados barrios, de estacionamiento residencial vinculado a las viviendas como uno de los principales problemas. También, a la existencia de una infraestructura dedicada a los coches y a la presencia de zonas donde no se ha planificado pensando en la movilidad peatonal o ciclista segura.

Tampoco aparece como un problema para los encuestados, ni siquiera para los técnicos, la existencia de «numerosos aparcamientos» públicos y privados dentro del perímetro marcado por la ronda interior que pueden actuar como atractivos para el tráfico privado. El estudio señala doce grandes estacionamientos, pero no analiza la oferta de plazas en alquiler ni otros aparcamientos menores, como los vinculados a hoteles, también en la misma zona, o las 1.500 plazas con las que cuenta la operación de El Vasco. Solo en la fase de diagnóstico, aparece como un problema «la facilidad para acceder al centro» en coche. El resultado se mide en número de coches. Por La Florida, una zona eminentemente residencial, pasan casi 11.000 vehículos diarios; por Conde de Toreno, sin apenas viviendas, una zona de paso de desplazamientos internos, más de 12.600.

También en contaminación. Todo el entorno de Fuertes Acevedo, avenida de Galicia, Independencia y la AS-II, de un lado, y todo el del bulevar de Santullano registran concentraciones de micropartículas contaminantes de 29 microgramos por litros. Es lo previsibe, pero también sufre el mismo problema todo el centro urbano de General Elorza a Marqués de Santa Cruz, Campo de San Francisco incluido, de tal modo que la mitad norte de la ciudad se pinta en rojo en los mapas de contaminación del aire del plan de Movilidad.

En su correlato de contaminación acústica, sin embargo, la relación con el tráfico es mucho más directa. Zonas que tienen el aire más limpio, como la Ronda Sur o su acceso desde la A-66 superan los 70 decibelios, pero están pintadas en verde con 14 microgramos de partículas por litro de aire. De hecho, las zonas blancas del mapa coinciden con los entornos peatonales, el centro del Campo de San Francisco y otras zonas verdes; mientras que los entornos residenciales que más ruido soportan son los barrios de La Corredoria, Ventanielles, Guillén Lafuerza o Santo Domingo.

Todo se explica con cifras. Junto a La Corredoria pasan cada día 34.088 vehículos. Ningún otro entorno urbano soporta tanto tráfico. Parte de este (16.290 coches, según las mediciones) se desvía hacia el propio barrio y el HUCA, así que el bulevar de Santullano, en su conflictivo arranque, tiene 24.510 circulaciones diarias, que un kilómetro más allá, en el enlace de Rubín han bajado a 19.016. Es mucho tráfico, pero Toreno con la mitad de infraestructura, soporta comparativamente más vehículos. Así que, aunque la cifra vuelve a crecer en el entorno de la Cruz Roja, 22.739, por la incorporación de tráficos procedentes del HUCA y Pumarín, la reordenación anunciada no parece imposible. Otra cosa es lo del hospital. Los técnicos señalan sus deficientes conexiones y su mala integración. Todo su entorno se pinta de rojo por el ruido (más de 70 decibelios) y eso pese a que 229.000 personas usan el transporte de TUA para acceder al centro cada año, la parada con más viajeros. La demanda, sin embargo, tiene otras prioridades: el centro, Uría, y el eje entre las facultades de El Cristo y Colloto es donde los estudios detectan mayor número de usuarios potenciales de un servicio que no sale bien parado.