Iñaki Sánchez Santianes. ALEX PIÑA

Domina el fagot pero es maestro de la gaita

Casi un pívot de 'basket'. Músico de carrera y profesor en el colegio de Ventanielles, su vida está centrada en la música tradicional con la que ha recibido numerosos premios; amable y testarudo, es oviedista y socio de los que van al campo, y se considera un detallista «con mala memoria»

Domingo, 22 de diciembre 2024, 01:00

Es amable, observa con unos ojos claros desde lo alto porque mide más de 1,90. Testarudo, franco, atento, educado, conciso y músico. De cocinar, ni idea, pero de fagot sabe muchísimo... y no digamos de gaita. Su vida es la música, la familia, y el Real Oviedo, del que es socio de los que van al campo y «del equipo del barrio, el Covadonga».

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Desprende calma y tranquilidad, mira a los ojos cuando habla y charlar con él produce un sensación de relax y cercanía. Más parece un escolta de baloncesto que un músico, pero desde luego que un músico es, que para eso lo estudió más o menos todo.

De niño, en una romería.
Tocando la gaita con su hermano Yónatan.
Con Seila y Mencía, en una Navidad en Oviedo.

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Iñaki Sánchez Santianes (Oviedo, 1982) es profesor de música en el colegio de Ventanielles, pero, además, tiene la carrera superior de gaita y de fagot, y es profesor de ambas.

Le nacieron en Maternidad y vivió su juventud en la avenida del Mar con su padre, que era pintor, viajante y más cosas, y Emi, que trabajó en la copistería Fueyo. Familia de cuatro, todos hombres, junto con Iván, Yónatan y Aitor .

De niño jugaba en los terrenos del actual Hospital, lo que siempre se denominó La Cadellada, y estudió en el colegio Germán Fernández Ramos y el instituto de Pando. «Era buen estudiante, un niño bueno».

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Su idilio con la música comenzó a los ocho años, pues «bailaba tradicional en la parroquia y allí daba clases de gaita Vicente Prado 'El Pravianu', y mi padre me apuntó a gaita. Luego hice las pruebas de acceso al Conservatorio y elegí fagot porque no había gaita todavía y el fagot era un instrumento becado porque muy poca gente lo elegía».

Cuando la gaita llegó al Conservatorio, en 2006 Iñaki fue a la vez y en el mismo sitio profesor de gaita y alumno de fagot. Cerró el ciclo del Conservatorio y a la vez sacó la carrera de Magisterio en la rama de música. Por el camino fundó la banda de gaitas de la Laguna del Torollu, de la que sigue siendo director.

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Se casó con Seila, que «era alumna de gaita en la Asociación Cultural La Madreña. Aunque «no me declaré, fue más bien un acuerdo». De ese amor salió una niña, Mencía, «lista como su madre y testaruda como su padre».

Su vida está plagada de premios «en mi etapa más productiva, que fue de 2000 a 2015». Por ejemplo, el memorial Remis Ovalle, el concurso muestra de folklore Ciudad de Oviedo en diferentes categorías o el trofeo MacCrimmon de gaita en el Festival Intercéltico de Lorient (Francia).

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Ahora, su gran objetivo es «cerrar el ciclo de '13 Reyes', un proyecto que presentamos entre la banda Laguna del Torollu y la sinfónica del Ateneo Musical de Mieres. Un concierto aplazado por la DANA de Valencia y esperamos realizarlo el 31 de mayo en el Auditorio Príncipe Felipe».

Iñaki Sánchez Santianes escucha otras músicas. No tanto por placer, «sino para ver qué me pueden aportar a lo mío. Es más comilón que cocinero, aunque no lo parece. Se considera detallista, aunque con un fallo peligroso, pues «tengo mala memoria» y la testarudez define su carácter porque «lo que tiene que salir sale aunque me cueste sufrimiento».

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