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Este despido no es justo

Este despido no es justo

Tomar la decisión de despedir a alguien no es fácil

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Viernes, 16 de febrero 2018, 09:38

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Despedir supone reconocer que el empresario se ha equivocado en su elección y ha invertido tiempo y dinero en un trabajador que al final no le ha resultado como esperaba, y ahora, en el momento de rescindir el contrato, es muy probable que también le cueste dinero. No lo ve justo.

Por la parte del trabajador la perspectiva es bien diferente. Siente que ha hecho lo que debía y no comprende que se decida rescindir su contrato. Para él no es justo.

Un contrato laboral es una relación en la que empresario y trabajador han de poner de su parte. El empresario pone el capital, los medios, el ingenio y el riesgo, debiendo abonar de forma puntual todos los meses las nóminas y los seguros sociales, tenga o no tenga beneficios. Es evidente que cuando las cosas van bien, el empresario recoge los frutos del trabajo que son directamente suyos. El trabajador pone su esfuerzo, pero no el riesgo, cobra todos los meses. Frente al riesgo prefiere una parte menor del pastel.

Si alguna de las partes no cumple, el Derecho del Trabajo contempla la posibilidad de romper esa relación. Existe la posibilidad de que la ruptura venga del lado del trabajador (de la que hablaremos en otra ocasión) o sea el empresario quien adopte esa decisión.

Nunca es agradable despedir, y mucho menos ser despedido, pero en ocasiones es necesario y justo y en otras injusto y una mala decisión.

Si la empresa tiene problemas económicos, productivos, de organización, etc., y lo puede demostrar, tendrá que adoptar decisiones que coadyuven a sacar adelante el negocio y a mantener la mayor parte de los puestos de trabajo. Estas situaciones facultan para modificar condiciones del contrato y en último extremo despedir.

Estos despidos, conocidos como objetivos, llevan aparejadas una serie de formalidades (preaviso, justificación, indemnización, etc.), que de no cumplirse devienen en improcedentes, con un mayor coste empresarial. La rescisión inmediata de un puesto de trabajo aliviará económicamente a la empresa en el medio plazo y el trabajador, aún siendo la evolución de la empresa negativa, dejará su puesto de trabajo con derecho a indemnización y prestación de desempleo.

Si la decisión de despedir viene motivada por una falta del trabajador, el empresario es el que ha de tener muy presente que la justificación de dicha acción debe ser absoluta, y que la misma ha de figurar en la carta de despido. Todo lo que no figure en la carta no podrá ser esgrimido con posterioridad. Esa carta permitirá al trabajador saber de qué se le acusa y así defenderse adecuadamente.

Solo un buen asesoramiento de abogados laboralistas permite a empresario y trabajador tener garantizado que se cumple con el Derecho y que el despido no es injusto para ninguna de las dos partes.

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