Borrar
Roberto Velasco, José Antonio Fernández-Peña, Francisco Grimaldos y Elvira García. Pablo Lorenzana
La fábrica de armas, 235 años de historia

La fábrica de armas, 235 años de historia

Mientras los trabajadores esperan por el nuevo contrato, muchos de los inmuebles de la factoría de Trubia necesitan una reparación urgente

Rosalía Agudín

Domingo, 27 de enero 2019, 02:41

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Son 235 años de historia y el paso del tiempo se hace palpable en el estado de los edificios. Algunos llevan sin uso varios años y los daños se acumulan. Otros, sin embargo, se mantienen impolutos. La dirección de la fábrica de armas de Trubia ha acometido obras de mejora en las cuatro naves que en la actualidad se encuentran a pleno rendimiento. Pero el edificio de laboratorios, la residencia de ingenieros o la capilla, por poner un ejemplo, también necesitan una reparación urgente. Lamenta el historiador Toño Huerta que tanto el Estado como la empresa se desentienden del problema. «No interesa su reparación».

Y con ellos se pierde un gran patrimonio. En el laboratorio hay aparatos únicos, pero el estado de la nave no es el adecuado. Una parte del «suelo está hundido» y, además, la casa del director y el casino presentan «un grado de deterioro importante».

Todos estos edificios se fueron construyendo de forma progresiva. Fue a finales del siglo XVIII cuando el Estado decidió cambiar la ubicación de las fábricas de armas. Se encontraban hasta entonces cerca de la frontera francesa y, ante el temor del estallido de un conflicto bélico, el gobierno encargó al ingeniero jefe de la Marina, Fernando Casado de Torres, que buscase un nuevo emplazamiento.

Cuando llegó a Trubia sintió un «flechazo». Había carbón, hierro y agua cerca y en 1794 empezaron las obras. La factoría vivió un 'impasse' con la revolución francesa y en 1844 Francisco Antonio de Elorza Aguirre, aún sin el título de general, llega a la localidad cañonera con el acometido de poner Trubia «en el mapa». Dos décadas después se construyó el primer bloque de viviendas a la otra orilla del río y dentro de muros la factoría no paró de crecer: «Con Junegro la fábrica se abrió y en 1850 se levanta la escuela de aprendices», cuenta Huerta, quien estos días se encuentra preparando una programación de conferencias para conmemorar los 235 años de la factoría.

Reproducción de una foto antigua de la fábrica.
Reproducción de una foto antigua de la fábrica. Álex Piña

Ya entrado el siglo XIX la factoría vivió dos momentos importantes. Con el estallido de la I Guerra Mundial vivieron un auge. Por aquel entonces se construyó el edificio de oficinas. Ahora, esta estancia está siendo reparada y por ello se ha cambiado de ubicación la parada de autobús. Hasta que los trabajos finalicen, el apeadero de La Fábrica se ha trasladado a la glorieta de acceso de la localidad.

Otro de los momentos más destacados de su historia se produce durante las primeras décadas del régimen franquista. «Con la dictadura se llegó a los 4.000 obreros. Si lo comparamos con los datos de hoy en día vemos que en la parroquia hay en la actualidad 2.000 vecinos», cuantifica Huerta.

La situación, es evidente, ha cambiado mucho. Lo corrobora Juan Carlos Fernández, responsable de Comisiones Obreras. «Somos 380 empleados que trabajamos en tres turnos diferentes de lunes a viernes», explica. Las cuatro naves que se utilizan en la actualidad, dice, están en buen estado. «Tres de ellas se encuentran a pleno rendimiento y en la cuarta se hacen cañones de gran calibre y obuses».

Ahora, estas instalaciones propiedad de Santa Bárbara Sistemas esperan que llegue parte del contrato del blindado 8x8. Con ello se aseguraría el trabajo para los próximos años en la localidad cañonera después del ERE de mayo de 2013.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios