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María del Mar Úrculo, con una escultura de su hermano Eduardo. E. C.
Fallece a los 65 años María del Mar Úrculo, la bibliotecaria de Ciudad Naranco

Fallece a los 65 años María del Mar Úrculo, la bibliotecaria de Ciudad Naranco

La hermana del conocido pintor y escultor llevaba en el puesto 23 años, donde era querida por vecinos y compañeros: «Siempre estaba para todo»

D. LUMBRERAS

OVIEDO.

Jueves, 28 de diciembre 2017, 00:15

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La siempre sonriente bibliotecaria del centro social de Ciudad Naranco, María del Mar Úrculo, falleció ayer a los 65 años. De baja desde hacía un año debido a una larga enfermedad, afrontaba ya la recuperación y la vuelta al trabajo cuando sufrió una recaída que no pudo superar. Sus cenizas llegarán hoy a la basílica de San Juan El Real, donde a las 18 horas se celebrará el funeral por su eterno descanso. Todas las bibliotecas de la ciudad cerrarán por la tarde para facilitar la asistencia a su despedida.

Originaria de Sama de Langreo, era madre del cantautor Edu Vázquez y hermana del célebre escultor y pintor de Santurce, muy vinculado a la ciudad, Eduardo Úrculo. También del empresario José María Úrculo. «Tenía una relación entrañable con su madre, me acuerdo de que se querían muchísimo. Por sus hermanos también tenía una gran admiración», recordó ayer su amiga, la profesora Lola Lucio.

Úrculo veraneaba en Celorio, donde alternaba con otras personalidades de la cultura ovetense. «Era muy amiga de todo el grupo. Veraneábamos en Lastres, y empezamos a ir a los alrededores para restaurar casitas. Paloma Berros y Quique Uría alquilaron una casa muy bonita de indianos. Eduardo compró un molino y lo restauró, en un pueblecito de La Riera», relataba Lucio.

La profesora recuerda a la fallecida como «una persona buenísima, una amiga inmejorable. Era buena, entrañable, nunca conflictiva, discreta». «Ella quería a todo el mundo y todos la queríamos, tenía muchas amigas. Era buena y eso hacía que su alrededor también lo fuera», apuntó, emocionada, Paloma Berros.

La bibliotecaria era muy conocida en el barrio donde trabajaba desde hacía 23 años. Allí se ganó el afecto de los usuarios y de los vecinos, cuyas dos asociaciones, Naranco Existe y La Centralilla, lamentaron también la pérdida: «Estábamos al corriente de su evolución. Es una pena».

«Era amable y buena. Todo el mundo la quería», aseguró su compañero de trabajo Eldi Vázquez, testigo del buen trato que dispensaba María del Mar a todos los que se acercaban a su puesto.

La coordinadora de Bibliotecas de Oviedo, Chelo Veiga, la describió como «una mujer que creía totalmente en las bibliotecas, en la labor que podían hacer. Todos los usuarios la recordarán así, siempre sonriendo. Era una apasionada de la cultura, a todo lo que podía iba: presentaciones de libros, arte... Era una gran lectora también, recomendaba libros a los mayores y a los niños. Siempre andaba con una bata blanca, pendiente de todo. La biblioteca era como su segunda casa». La concejala de Educación, Mercedes González, afirmó que «supo desempeñar su trabajo con una clara vocación de atención. La vamos a echar mucho de menos. Siempre estaba ahí para quien la necesitaba».

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