Una 'fiesta de prau' en el Oviedo Antiguo, «pero sin embarrarnos»

El casco histórico de Oviedo se preparaba este sábado para ser un hervidero de actividad con la esperada «comida solidaria» organizada por la asociación de vecinos Oviedo Redondo. Sin embargo, la persistente lluvia, amenazó con aguar la fiesta a los ovetenses que planeaban unirse al banquete urbano. Manuel Almeida, presidente de la asociación vecinal, describía con entusiasmo la esencia del evento: «Hemos llegado a los cien vales y lo que hacemos es una fiesta de prau en el casco urbano, pero sin embarrarnos».

A pesar de las lógicas «consecuencias que tiene en cuanto al tema de accesos y demás», como reconoce Almeida, la iniciativa se ha consolidado como una cita anual desde 2015, con la única interrupción forzada por la pandemia. Su objetivo principal es dinamizar el barrio y fomentar la convivencia.

En cuanto al posible impacto del ruido en los residentes, el presidente vecinal considera que quienes viven en el Oviedo Antiguo «son conscientes de dónde viven» y que las molestias, concentradas en apenas «tres días» de celebraciones, son «asumibles» a cambio del ambiente y la vida que estas actividades aportan a la zona.

El agua no dio tregua y deslució en parte el evento benéfico. «Vengo cada año», comentaba con resignación José Miguel Alonso, uno de los asistentes, «pero este me da que la lluvia nos lo chafa». A pesar del contratiempo meteorológico, el fin solidario se mantuvo. Tras haber colaborado en ediciones anteriores con la Cocina Económica y la asociación ELA Principado, este año los beneficios recaudados irán destinados a Médicos del Mundo, una organización sin ánimo de lucro. Este domingo, a las tres de la tarde será la esperada comida en la calle.

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