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G. D. -R.
OVIEDO.
Domingo, 23 de junio 2019, 03:22
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En 2002, Ceyd compró a la familia Álvarez-Buylla el balneario de Las Caldas, por el que se había interesado el Ayuntamiento y en una situación de franca decadencia, por 12 millones de euros. Después se embarcó en una cuidadosa restauración y reconstrucción dentro un proyecto «lleno de romanticismo», según definió el que, desde 2008, sería el primer director de Las Caldas Villa Termal, Felix Álvarez Cordero. Romántica, cuidadosa y cara. La inversión se fue por encima de los 45 millones de euros cuando en 2011 y, en medio de la peor crisis financiera desde los años. Las obras de la segunda fase que añadieron a las 79 habitaciones de hotel de cinco estrellas y la c asa de baños, nuevas opciones con el hotel Enclave, de cuatro, el centro termolúdica Aquaxana y el instituto Vidaxana dejaron a Ceyd boqueando en 2011.
En cuatro años, el Balneario se metió en dos concursos. Del último, salió en 2014 con un acuerdo de espera de cinco años. Un tiempo durante el que el centenar largo de trabajadores ha tenido un respiro. Ahora tienen una nueva esperanza.
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