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ROSALÍA AGUDÍN
OVIEDO.
Jueves, 11 de abril 2019, 04:16
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Saray Tuñón es ovetense y agente de la Policía Nacional en prácticas. Comenzó en septiembre y este lunes puso en práctica todas las lecciones que ha aprendido en la academia de Ávila sobre qué hacer en caso de un incendio. Fue una de las primeras en llegar al fuego registrado sobre las 15.30 horas en el número 38 de la calle Facetos, en La Ería. Junto a tres compañeros subió hasta la vivienda donde se iniciaron las llamas para evaluar su gravedad.
Era un séptimo piso y desde la vía no percibían su alcance, pero una vez allí se encontraron con «mucho humo. Abrimos la puerta del rellano y salió todo. Bajamos al suelo, buscando más oxígeno, y desalojamos el edificio», relató ayer esta agente del Grupo de Atención al Ciudadano, que estaba acompañada de Antonio Espina, de la Unidad de Prevención y Reacción, que también acudió al incendio.
Con el fuego en acción, dos agentes se encargaron de alertar a los vecinos de la sexta planta y Tuñón junto a otro policía, a los de la quinta. Los primeros resultaron intoxicados tras exponerse a una gran cantidad de humo y tuvieron que ser trasladados en UVI móvil hasta el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). Su pronóstico no revestía gravedad y el mismo día recibieron el alta. Tuñón tuvo más suerte, pero también le tuvieron que proporcionar oxígeno. Al abandonar el edificio, tosía mucho y fue atendida «en la ambulancia».
Espina apuntó ayer que ante este tipo de situaciones se debe tener la «mente fría». Cuando se recibe una llamada de alerta es «habitual» que no se den muchos datos y una vez allí tienen que evaluar la gravedad y actuar si hay vidas en riesgo. «Muchas veces la gente se bloquea y tienes que hacer que reaccionen», comentó. En este tipo de casos «el tiempo es oro».
Si la Policía Nacional llegan los primeros, toman todo tipo de medidas encaminadas a garantizar la seguridad mientras van alertando a los Bomberos de la situación. Cuando estos llegan, su misión es acordonar la vía a y garantizar una vía de evacuación.
Tuñón pasó este examen con muy buena nota, y lejos de amedrentarla, reforzó sus «ganas de ser policía». En junio jurará la bandera y después le asignarán un destino.
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