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Rosalía agudín
Viernes, 3 de julio 2020, 09:34
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Es un día triste para la capital asturiana. El traumatólogo y presidente de la Sociedad Filarmónica de Oviedo, Jaime Álvarez-Buylla, ha fallecido a los 88 años, el próximo 22 de julio cumpliría 89.
La noticia fue comunicada a primera hora de la mañana a través de un grupo de Facebook que desde hace tiempo pide una calle en su honor: «Oviedo pierde a uno de sus hijos más destacados. Nuestro más sentido pésame a toda la familia». Su capilla ardiente se instalará en el tanatorio Los Arenales.
Nacido en 1931, en la calle Cabo Noval, estuvo siempre muy unido a Oviedo. Sus estudios primarios los hizo en el Loyola con el maestro «don Casimiro, un hombre buenísimo, de paciencia enorme y un gran interés por nosotros», recordó hace menos de un año en una entrevista con EL COMERCIO.
De aquella época también aún tenía en mente «el cariño que Matutina, médico pediatra, desprendía hacia las personas; algo que no se puede definir, pero que daba una increíble sensación de bienestar». Y el de su padrino Antonio Getino, fundador del sanatorio Getino. Quizá de ahí surgió su vocación por la Medicina. O «puede ser que sea algo que ya hubiese estado dentro...».
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El caso es que siguiendo su vocación se trasladó a Valladolid, donde estudió la carrera. Fue un traumatólogo muy reconocido que hizo mucho por Oviedo. Desde el punto de vista profesional, con su trabajo al frente del centro de rehabilitación o con su iniciativa para traer a la ciudad la primera unidad móvil de donantes de sangre de Asturias. También en el ámbito cultural, como presidente desde 1999 de la Sociedad Filarmónica de Oviedo, una entidad que en 2007 recibió la Medalla de Plata de Asturias.
También fue miembro de la Tertulia de los Puritanos, un grupo de aficionados a la ópera y que reconocía la labor de quienes más habían trabajado en beneficio del género operístico con el diploma 'Personaje de la Temporada'. Ahora estaba pendiente que la ciudad le devolviese todo este esfuerzo.
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