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Ina Saínz, es Enone; Michel Tejerina en el papel de Acamante y Lolita Flores como Fedra, en el escenario del Teatro Campoamor. PIÑA
Lolita, desatada de pasión

Lolita, desatada de pasión

La actriz se sube a las tablas del Teatro Campoamor para interpretar a 'Fedra' | La versión del clásico griego, a cargo de Paco Bezerra y dirigido por Luis Luque, convence al público con una historia de amor enfermizo

CECILIA PÉREZ

OVIEDO.

Domingo, 19 de mayo 2019, 03:33

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Pasión que quema como un volcán. Así es Fedra, la reina griega locamente enamorada de su hijastro. Así fue Lolita Flores sobre las tablas del Teatro Campoamor. La artista convenció al público que ayer prácticamente llenó sus butacas.

Lo hizo en un alarde de temperamento para ponerse en la piel de «una mujer que se pone el mundo por montera para gritar su amor» como así reconoció la artista en una entrevista concedida a EL COMERCIO esta misma semana.

Esta nueva 'Fedra' que aterrizó ayer en el Campoamor, se alejó del clasicismo que le dieron autores como Eurípides, Séneca y hasta Unamuno. La obra que caldeó la tarde fría que vivió ayer la capital asturiana, ofreció una visión moderna de una tragedia griega que subió al escenario el montaje concebido por Luis Luque y versionado por Paco Bezerra.

Impresión desde el minuto uno, cuando Juan Fernández y Críspulo Cabezas, en los papeles del rey Teseo y su hijo Hipólito, miran de frente al público y al horizonte. Impresión cuando el escenario se ilumina con la entrada fantasmagórica de una Lolita Flores ya inmersa en el cuerpo de Fedra con su rostro oculto por su cabello suelto. Impresión por la fuerza del monólogo e impresión por el elenco de actores. Magnífica en fuerza y convicción Tina Saínz en el papel de Enone, la confidente y nodriza de Fedra. Potente la voz de Teseo interpretado por Juan Fernández. Sorprendente un convincente Críspulo Cabezas que encarnó a Hipólito, el amor enfermizo que quemó a Fedra como a un volcán.

Todo en un ambiente de tensión y pasión a partes iguales gracias a la escenografía de Mónica Bermello que acompasó a la perfección con la música de Mariano Marín y las proyecciones en escena, realizadas por Bruno Paena. En un escenario sin alardes, sencillo.

La 'Fedra' de ayer habló directa al público, sin tapujos y sin temor de la libertad de amar, que era el objetivo del director de la obra y de su dramaturgo. Para los que se quedaron con ganas de más, 'Fedra' repite hoy en el Campoamor a partir de las ocho de la tarde.

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