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La plaza de toros ovetense, 'comida' por la maleza.

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La plaza de toros ovetense, 'comida' por la maleza. FOTOS: ÁLEX PIÑA

La maleza se come símbolos de Oviedo

Chalés, la iglesia de La Cadellada o el consultorio de La Manjoya, parte del patrimonio amenazado

SANDRA S. FERRERÍA

OVIEDO.

Sábado, 13 de octubre 2018, 11:08

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¿Qué pasa cuando un edificio público queda sin uso en una ciudad en la que llueve, de media, 122 días al año? La respuesta es verde. Enredaderas, maleza, zarzas e, incluso, árboles de pequeño porte comienzan a tomar el edificio y aceleran su deterioro. Los vecinos llevan tiempo luchando para que algunos edificios, como los del antiguo Hospital de El Cristo, o la plaza de toros de Buenavista vuelvan a lucir en buenas condiciones.

En la cuesta de La Tenderina Alta se encuentran los chalets de la Fábrica de Armas de La Vega comidos por la maleza. En su día esas eran las viviendas de los oficiales y trabajadores del complejo, que cerró sus puertas definitivamente en 2012. Un caso parecido es el de los chalets de la fábrica hermana de Trubia y ahora de propiedad municipal. Cristales rotos, pintadas, y basura es lo que habita ahora allí, tras la marcha del último vecino en 2013.

Y dentro de las fábricas de Oviedo en mal estado no puede faltar la histórica Fábrica de Gas y Electicidad, creada en 1830 para abastecer agua potable a la ciudad y suministrar alumbrado y fuerza motriz a Oviedo. A día de hoy se encuentra en un estado descuidado con cristales rotos, y con la maleza instalada ya en las cubiertas.

Justo enfrente, el tramo de la muralla medieval de la ciudad en la calle Paraíso lleva años cubierto por una espesa capa de enredadera que cuelga desde lo alto del lienzo y complica el paso de vehículos pesados y camiones.

En ruinas se encuentra también la plaza de toros de Buenavista. Inaguruada en 1889, fue remodelada en 1957. Desde su clausura, los vecinos del barrio lamentan el mal estado del coso, cuyo albero tiene ya el aspecto de un bosquecillo y en cuyos vomitorios han enraizado también árboles de mediano porte. El Ayuntamiento ha iniciado los trámites necesarios para que se rebaje su catalogación de bien de interés cultural singular a especial con el fin de recuperarla y poder acometer los arreglos necesarios.

Del avance de la vegetación en cuanto falta el debido mantenimiento no se libra ni la iglesia de Santullano, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Tampoco, la iglesia del antiguo Psiquiátrico de La Cadellada, cuyo deterioro avanza a pasos agigantados. Escombros, ventanas rotas, el tejado lleno de maleza y pintura de la fachada caída, es la estampa que presenta esta construcción cercana al nuevo HUCA.

Al otro lado de la ciudad, en el barrio de San Lazaro, se encuentra la Malatería, la antigua residencia de mayores construída en 1929. Las instalaciones, que quedaron desocupadas con el traslado de los ancianos a La Tenderina, están completamente abandonadas, llenas de basura, pinstadas y maleza. Maternidad, Rehabilitación o Residencia son algunos de los edificios que componen el Viejo HUCA, cuyos jardines se han visto invadidos por las malas hiernas, la basura e incluso por ratas.

En La Manjoya, la falta de mantenimiento de la antigua vivienda del médico de la fábrica de explosivos, ha obligado a trasladar el consultorio a unos barracones, a la espera de unas obras que consoliden las estructura del edificio, dañada por el agua y la vegetación.

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