«Tuvimos mucho miedo de que volara el edificio»

A algunos les pilló aún despiertos, otros ya se habían acostado. Todos ellos salieron con lo puesto. Mari Carmen Secades confesó que sintió «mucho miedo». «Temía que volase el edificio», relató ayer a primera hora de la mañana, después de que los bomberos les dejasen regresar a sus viviendas.

Ella, junto a otros siete vecinos, fue trasladada al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). Allí, le pusieron oxígeno y a eso de las seis de la mañana le dieron el alta. Una hora más tarde volvió a su casa, en la tercera planta del edificio, después de que los bomberos ventilasen el inmueble y los niveles de monóxido bajasen.

Este es el segundo suceso de gravedad que se produce en esta vía de Ventanielles en menos de un año. En marzo se desató un incendio en el bajo de los números 1y 3. Los hechos ocurrieron minutos antes de las nueve de la mañana cuando cinco personas, dos adultos y tres menores, estaban descansando. Resultaron intoxicados leves los tres menores, hijos del preso que 'resucitó' en la morgue del Instituto de Medicina Legal de Oviedo después de que lo diesen por muerto en la cárcel de Asturias. Por fortuna el trabajador de una carnicería cercana vio las llamas y consiguió sacar a las víctimas antes de que se quedaran inconscientes.

Por otro lado, los bomberos recordaron ayer los consejos para evitar inhalaciones por una mala combustión de las calefacciones. Entre ellas, está la revisión, al menos una vez al año, por especialistas de las calefacciones y evitar su uso durante toda la noche o en los periodos en los que no hay nadie en la casa. Asimismo, que las rejillas de ventilación y conductos no estén obstruidos para que el aire pueda pasar.

Los síntomas más comunes producidos por una mala combustión son dolor de cabeza, náuseas y vómitos, mareos, debilidad, cansancio e incluso pérdida del conocimiento. Si los niveles son muy elevados pueden causar la muerte en pocos minutos.