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Alejandro Pérez posa con una de sus obras. H. ÁLVAREZ
«Oviedo adolece de un espacio cultural amplio e inamovible»

«Oviedo adolece de un espacio cultural amplio e inamovible»

Alejandro Pérez - 'Valek' Pintor ·

Presenta 'Exposición Irradiada', una colección de veintisiete óleos, acrílicos y acuarelas, en el Centro Asturiano

DIEGO MEDRANO

OVIEDO.

Sábado, 17 de noviembre 2018, 07:20

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Alejandro Pérez 'Valek', hijo de padre pintor y dibujante, creció entre lienzos y olor a trementina. Encontró su temprana vocación garabateando personajes de las series del momento en los márgenes de los libros de texto. Un juego de cadena de favores en una red social le cambió la vida. Actualmente exhibe una muestra amplia de su obra hasta el 20 de noviembre en el Centro Asturiano de Oviedo en la llamada 'Exposición Irradiada'.

-Se forma en los talleres de Toño Velasco, primero en la galería Falcón y después por cuenta propia. ¿Qué nos puede contar de esa época?

-Fue en las navidades del 2012. En cierta red social, uno de mis contactos compartió una cadena de favores que consistía en asistir a clases de pintura durante un curso lectivo, las únicas condiciones eran que buscaban gente que se lo tomara en serio y estuviera en el paro. Postulé para ello y sorprendentemente tuve suerte, mandé un enlace con unos garabatos y pasé la criba junto a otra chica. Fue un balón de oxígeno. Toño consiguió lo que por rebeldía no consiguió mi padre: que aprendiera a pintar al óleo. El trato de Lucía y su hermano Juan (Falcón) no pudo ser más maravilloso.

-Firma como 'Valek', pseudónimo. ¿Qué esconde y presagia tal identidad?

-Surge de jugar con el nombre. Suena parecido a Alex, que es como me llama mi familia. Cuando en 2005 empecé a moverme en foros de internet lo usaba como nick de guerra. Lo tomé prestado de un personaje de una película del director John Carpenter. Garabateando en un papel le puse a las letras serigrafías exageradas como las flechas del logotipo de un grupo heavy gañán de los 80 tipo 'Spinal Tap'. Funcionaba muy bien visualmente, tenía cierta simetría, y lo más importante: era único.

-Una de sus pasiones y motivos en anteriores exposiciones fue el cine. ¿Qué une o separa a la imagen pictórica de la cinematográfica?

-La verdad que tienen mucho que ver. Cuando vas de visita a museos, te das cuenta que son como pantallas de cine centenarias, con una imagen fija que viaja hacia ti en ese momento preciso a lo largo de los siglos. Luego está el asunto de la composición de encuadre de la imagen. Según como te coloques puedes añadir más dramatismo a una escena, la iluminación que va a conducir tu mirada como un prestidigitador. Siempre se cita a la maravillosa 'Barry Lyndon' de Kubrick como el claro ejemplo de lienzo en movimiento.

-¿Con qué se encuentra el espectador en 'Exposición Irradiada'?

-Veintisiete piezas entre óleos, acrílicos y acuarelas abarcan el periodo que empecé a pintar en la galería de los hermanos Falcón hasta que volé por mi cuenta en el taller que tengo instalado en mi casa en Pumarín. El arte debe ser provocación y activar las neuronas pero también tienes que saber dónde estás. Obras de gran formato que no había enseñado nunca: 'Alas sobrevuelan el taller'. La poética podrían ser algunas canciones de Leonard Cohen que a primera vista parecen himnos religiosos pero tienen dentro una pulsión erótica inequívoca. No doy más pistas.

-¿Cómo ve la situación de las galerías en Oviedo?

-Las galerías en Oviedo gozan de muy buena salud. Hay muchas y variadas para una ciudad tan pequeña. Luego otro tema es cómo te traten algunas al entrar por la puerta de la que no olvidemos es su casa. Y a lo mejor sé que no me va a hacer ningún favor decir esto. En las casas de cultura te rifan por exponer, esto es un hecho. El proceso suele ser llegar con tu carpetita de cartón a una galería del centro que contiene varias acuarelas originales y el peligro que conlleva de que se te mojen, junto a fotos en papel fotográfico que valen un ojo de la cara. Tampoco esperas que te reciban con abrazos. Entras, te presentas. Casi no te miran a la cara. Recibes un trato absolutamente indolente, medio se ríen por tener ciertas referencias pop. Y ya si no vienes de la Escuela de Arte date por perdido. Necesitamos mayor mentalidad abierta. La gente de mi edad podemos ser autodidactas pero ya no tenemos veinte años sino el doble. La cuestión de encontrar o no tu voz debería estar al margen de formación.

-Aseguran que el mercado actual del arte está en las ferias, no en el modelo de galería a pie de calle. ¿Qué opina de la de Oviedo?

-Las ferias son un escaparate perfecto para el arte que se fragua actualmente en la región, y además siempre cuenta con artistas invitados internacionales. La de Oviedo está en un enclave perfecto como Trascorrales. Lo que sí veo es que corre el peligro de convertirse en una rueda de hámster como la que se usa en Ikea para que hagas todo el tour hasta el final. Se da la oportunidad de exponer a artistas emergentes como los que salen de la Escuela de Arte.

-¿Sigue con pasión los debates que vislumbran la fábrica de armas o de gas como centros culturales?

-Oviedo adolece de un espacio cultural amplio e inamovible como el que tienen en Gijón para la Semana Negra. Al principio era bastante escéptico, es un sitio que visto desde fuera aparenta ser bastante ruinoso y tétrico. Eso fue hasta que comprobé in situ lo que habían hecho con la 'Fábrica de Scorsese'.

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