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Los okupas muestran una pancarta en la que dicen que «no son delincuentes» lorenzana
«¿Con 431 euros, a dónde voy con mi familia? Solo queremos un alquiler social»

«¿Con 431 euros, a dónde voy con mi familia? Solo queremos un alquiler social»

«Son nuestras casas, las estamos cuidando», defienden los okupas del edificio de El Antiguo que piden una solución a las administraciones

g. d-r.

Martes, 2 de marzo 2021, 21:45

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Ni «profesionales» ni conocedores de los problemas de gestión que atañen al edificio que han hecho su hogar desde hace más dos meses y que está en venta por orden de un administrador judicial. Los okupas del número 2 de la calle Máximo y Fromestano tienen cada uno una historia detrás y una necesidad común: un techo. «Soy cocinero. Con la pandemia me quedé sin trabajo. Ingreso 431 euros al mes, ¿a dónde voy a ir con mi familia? Solo quiero que nos concedan un alquiler social», explica Daniel, uno de los residentes. Él accedio al inmueble de los primeros, «a través de una persona que ya estaba dentro», pero niega que se conocieran antes. «Ahora, ya sí claro», dice.

Daniel cuenta que era cocinero en Benidorm, «pero aquello se murió» con la pandemia. «Volví a mi tierra, soy de Gijón», pero no encontró nada y «no te puedes empadronar sin una vivienda», explica. ¿Tampoco con la familia? «Mi situación es complicada. Estoy solo», responde.

También la de Daniel Fernández, «35 años voy a cumplir, de Noia», Pontevedra. Cuenta que «tuvo un lío» y se tiró «un año y medio durmiendo en una tienda de campaña en el monte». Trabaja como repartidor, «la mayor estafa de España», pero «para alquilar te piden avales, fianza... No somos profesionales, solo queremos tener dónde vivir» y se queja de que «en el albergue solo te dejan estar tres días y en un mes no puedes volver». «Este edificio lleva vacío diez años», justifica.

Moisés, su mujer y su hija de cuatro años llegaron al bloque «hace mes y medio». Hasta entonces, pagaba «450 euros de alquiler en un piso con humedades» en Oviedo y con la pandemia, «trabajando a lo que sale, electricista, repartidor, camarero...», sus ingresos cayeron en picado. «Cobraba 600 y pagaba 450, me presentaron a un chico que estaba vendiendo estos pisos» y llegaron a un acuerdo. ¿Cuánto pagó? «Dinero y palabras», se limita a responder sobre cómo accedieron al inmueble.

En resumen

Okupado. Un grupo de personas han okupado el número 2 de la calle Máximo y Fromestano, un edificio en venta dentro de un concurso judicial.

Viviendas. Se trata de trece pisos de una habitación cada uno. La Policía sigue el caso, pero no puede actuar sin una orden judicial. Todavía no consta que el administrador haya presentado siquiera la denuncia.

«Me presentaron a un chico que vendía estos pisos, sabía que estaba haciendo algo ilegal, pero mejor eso que la calle»

«Cuando entré sabía que estaba haciendo algo ilegal, pero mejor eso que estar en la calle». Asegura que ha hablado con la inmobiliaria, que le gustaría llegar a un acuerdo y pagar un alquiler «social» por el piso de una habitación en el que duermen los tres. Son de los que han colgado fotos y recuerdos. «Nos trajimos nuestras cosas», explica. Otros muebles «los hemos cogido de la calle», añade Daniel. «Son nuestras viviendas, las estamos cuidando», explica, a la vez que reclama que, «con la que está cayendo y la cantidad de familias que hay necesitadas, no puede ser que haya miles de viviendas vacías o edificios enteros como este».

Luz y butano

Los okupas admiten que han aprovechado la luz y el agua de obra y que alimentan la caldera con butano, «pero que quede claro que no estamos robando nada o dañando nada, solo pedimos un piso social».

La Policía Nacional, a través de su servicio de Información, está realizando un seguimiento del caso, en el que también colaboran uniformados de la Policía Local. Se trata, en cualquier caso, de un asunto en el que tendrá que ser un juez el que determine si hay que proceder a desalojar el inmueble, explicaron fuentes de la Jefatura Superior de Policía de Asturias, y «por el momento, no consta aún que se haya presentado la denuncia».

El edificio fue rehabilitado en 2006 por una empresa madrileña, ahora en concurso , y está en venta por orden de un administrador judicial de Valencia. En última instancia, compete a este presentar la posible denuncia por la okupación para instar el desalojo.

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