La realidad aumentada se adueña de La Vega

Al atravesar la entrada, a la derecha, Mónica Vacas y Daniel Castillo, de Aventuras Literarias, ofrecen al espectador 'Historias de la fábrica 1'. «Es una exposición formada por una parte convencional, un recorrido circular que cuenta la historia de La Vega, y una historia oculta de la fábrica a través de un juego», explicó ayer Mónica Vacas, durante la presentación. Este juego parte de cartelas perforadas que encajan a la perfección con los carteles informativos sobre la historia de la fábrica. A partir de las palabras 'ocultas' en los textos de la fábrica de los años veinte, el jugador es dirigido a unas habitaciones donde «si escogen la correcta se accede a la recreación de un laboratorio donde la naturaleza se ha adueñado del lugar y del investigador, mezclando la realidad con la ficción».

Tras esta primera experiencia, le sigue la realidad aumentada. Una serie de cuatro cubos con códigos QR donde la artista australiana Lauren Moffatt recrea «una serie de figuras híbridas entre la pintura y lo digital». Se trata de «flores escaneadas a partir de una técnica y la reducción de errores culturales». «Me gustan los efectos no esperados en el digital; hacer algo orgánico en mi trabajo digital», aseguró Moffatt. A partir del escáner de dichos códigos, los visitantes podrán mover sus dispositivos por la sala viendo lo que no se ve.

Al fondo, en el mismo pasillo, 'La gruta de los vampiros' da la impresión de haberse transportado a un parque de atracciones. Con una temática parecida al cómic, Jonathan Notario mezcla «la realidad del virus con la ficción de los vampiros, es como vivir un cómic a escala real». Con una serie de armas de fuego, creadas por el propio Notario, el espectador tiene que tratar de hacer una fotografía con su móvil en el lugar exacto para simular el disparo a las alas de los vampiros y, así, «liberar al humano del virus».

La cuarta actividad es una de las más deseadas por los visitantes: la realidad virtual. Cristina De Silva y Nacho de la Vega llevaron a la fábrica el fondo marino, las conexiones neuronales, el universo y un planeta desconocido. Entrar en una realidad que abstrae absolutamente al espectador del entorno. Además, el VR Cinema, donde en un ecosistema salvaje lleno de criaturas evolucionadas de formas sorprendentes, una madre y su hijo tratan de sobrevivir; y un corto de animación y juego interactivo que exploran las dinámicas grupales.

«La realidad virtual es la herramienta perfecta para poder vivir experiencias insólitas», aseguró De Silva. «Nos permite vivir aventuras inimaginables». Esta zona es la única que requiere apuntarse previamente por tener una serie de dispositivos limitados. No obstante, todas las actividades del festival Link son gratuitas.

Además, la gijonesa Okkre abrió con su música la nave M5 durante la noche de ayer. Dio la talla con su trabajo 'Arkhé', tras la cancelación de Kai Whiston por las restricciones de viaje por la covid-19. Los espectadores también pudieron disfrutar de la música dance y electrónica de la británica BABii. Link durará hasta mañana.