Los niños montan un mercadillo navideño en Ciudad Naranco
Los hijos de los vecinos del barrio exponen y venden los juguetes y libros que ya no usan para ayudar a los más necesitados
La Navidad es el periodo más solidario del año y en Oviedo se sabe mucho de solidaridad. Así que los vecinos de Ciudad Naranco, en este caso los más pequeños, no podían quedarse al margen. Y no lo hicieron, ni mucho menos. Aprovechando que las casas acumulan muchas cosas que ya no se utilizan y los niños muchos juguetes, libros o muñecos que ya han dejado de lado, diez de esos pequeños de Ciudad Naranco se reunieron ayer, auspiciados por la Asociación de vecinos Activa Naranco, para montar un mercadillo de juguetes en el Kuivi de Almacenes Industriales y exponer lo que querían vender desde la una hasta las siete de la tarde. El dinero recaudado, para ayudar a las ONG Red Madre y Ni un niño sin cenar. Todo lo que no se vendió se entregó igualmente a las organizaciones para su posterior reparto.
Marisa Álvarez, presidenta de la asociación, explicó que «es un intento de implicar a los niños y que aprendan a pedir en la carta a los Reyes Magos de forma responsable y, además, enseñarles lo que es la economía circular». También se abrió un taller de manualidades de materiales reciclados dirigido por Ángel Gracia Caveda, educador ambiental.
Ya a la una de la tarde, el mercadillo era un hervidero de gente que observaba y compraba o se tomaba el aperitivo en el bar terraza de las instalaciones de Kuivi. En uno de los puestos, casi al entrar, Andrea de la Grana con su hija Lucía mostraban «libros. muñecas y disfraces con los que ya no cuento y se me ocurrió venderlos para ayudar», explicó la niña.
Un poco más allá, Mario Álvarez, con su hija Lara. «Vinimos a donar juguetes, pero primero a venderlos para ayudar con dinero», aseguró Lara, que no tenía seguro si aguantaría toda la tarde en el puesto, «aunque creo que sí».
Por la tarde, la asociación organizó una búsqueda del tesoro por el Kuivi. «Vinieron los elfos navideños y han dejado escondidas unas monedas de chocolate», explicó Marisa Álvarez. Los niños de Ciudad Naranco fueron solidarios y a la vez trabajadores. El barrio sabe ayudar a los más desfavorecidos de la sociedad y ayer lo demostró.