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ALBERTO ARCE
OVIEDO.
Jueves, 26 de noviembre 2020, 00:33
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Su labor es poco conocida, pero están ahí, día tras día escudriñando vías, andenes, dársas y estaciones. La 'Policía del ferrocarril' intensificó ayer las labores en la Estación del Norte de Oviedo en busca de pobles amenazas escondidas, infracciones comunes y, sobre todo, para vigilar el cumplimiento de las restricciones de movilidad vigentes. Una jornada que se saldó con trescientos pasajeros con rumbo a Madrid identificados a su paso por la capital asturiana, una decena de propuestas para sanción por incumplimiento de los cierres perimetrales vigentes y con una detenida por un posible delito en materia de extranjería.
«Casi todos vienen con un permiso, por motivos de trabajo, negocios, o hasta para comprarse una casa, la gente está bastante concienciada y cumple los cierres», determinó el inspector de la Brigada Móvil Rafael Marcos, «pero el trabajo que estamos llevando a cabo es muy necesario para la salud pública, porque así como la mayoría cumple, también hay otras personas a las que les da lo mismo que la gente esté enfermando» a causa de la expansión de la covid, sentenció, minutos antes de ponerse manos a la obra en la central desde la que operan en la estación de tren. Allí, mantienen a los detenidos y realizan las pesquisas de los datos aportados por los viajeros.
El operativo, ayer, estuvo enmarcado en una estrategia conjunta en España y varios países europeos de la Railpol (Red Europea de las Fuerzas Policiales del Ferrocarril), que integra a los cuerpos de Policía de la Unión relacionados con el transporte y al que está adscrita la Brigada Móvil de la Jefatura Superior de Policía de Asturias. Los efectivos, en estas jornadas especiales -la última tuvo lugar el 21 de enero-, aumentan las labores de vigilancia, control y actuación en las rutas terrestres de transporte por ferrocarril y en sus correspondientes estaciones, aunque, en algunos casos, según las competencias que tengan o no asignadas, también trabajan en rutas marítimas y aéreas.
En Oviedo no es el caso, detalló el inspector, tras asegurar que «la misión de hoy es clara». «En toda la Unión Europea se refuerza el control de pasajeros en las estaciones, sobre todo en los medios de transporte internacionales», explicó el agente. «Nosotros aquí no tenemos de estos últimos, pero sí tenemos trenes que van a Madrid y estamos controlando en las estaciones más importantes», aclaró mientras cruzaba el umbral de la puerta bajo el gran reloj. Allí, tras una cinta, aguardaba la cola con más de una docena de pasajeros que se disponían a coger el Alvia Gijón-Madrid a las diez y media de la mañana, y que fueron identificados uno a uno y preguntados por el motivo de su viaje por los funcionarios. En la estaciones de Gijón y Avilés se vivieron escenas similares.
De este modo, continuó Marcos, se controla tanto a los que van como a los que vienen. «La mayoría lo hace para asistir a servicios médicos, a clínicas oftalmológicas, mucha gente de Madrid viene por eso», relató. A su lado, los refuerzos de la unidad especializada de Guías Caninos y de la UPR realizando las tareas complementarias.
En días normales (los operativos de control de estaciones se realizan de manera continua), los funcionarios identifican a unas 150 personas (la mitad que ayer) y cubren, de media, de cuatro a cinco actas sancionadoras al día, pero en jornadas de operativo especial como la de ayer, con el doble de agentes y refuerzos movilizados, «nos encontramos de todo, no solo lo que vas a buscar», enfatizó el inspector Marcos. «Tenemos reclamados judiciales, infracciones en materia de extranjería y siempre encontramos a personas en posesión de drogas y sustancias estupefacientes», afirmó.
Para esto último, 'Six', una perra de raza Malinois cruzada con pastor alemán de cuatro años, que se encargó de controlar cada bolsillo, mochila, maleta y recoveco de cada pasajero antes de subir al tren con destino a Madrid. Ese fue el final de la jornada de trabajo para ella, y a falta de algunas horas más, para los agentes movilizados.
El de ayer fue un día, «sin anécdotas», al menos no anécdotas simpáticas, enfatizó el agente. «Esto es la Policía Nacional, lo que nos encontramos suele ser desagradable».
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