Una mujer pasea por la calle Marcelino Fernández, frente a la entrada principal de la fábrica de armas de La Vega. PABLO LORENZANA

El Principado garantiza que los usos futuros de la fábrica de La Vega «no mermarán su identidad»

Llamedo sostiene que el convenio está en la «fase última de concreción» y que el conjunto se abrirá a la ciudad manteniendo su patrimonio industrial

Viernes, 3 de noviembre 2023, 00:51

El convenio de la fábrica de armas de La Vega se encuentra en la «fase última de concreción». Así lo explicó ayer en sede parlamentaria ... la vicepresidenta, Gimena Llamedo, donde garantizó que el conjunto se convertirá «en un distrito de la innovación en consonancia con otras ciudades de centroeuropa» y, además, se «se salvaguardarán todos los elementos patrimoniales de significación cultural» que hay en su interior. Es por ello que la dirección general de Patrimonio Cultural «jugará un papel importante en este debate» porque por sus manos ha de pasar el resultado de las catas arqueológicas para darle el visto bueno final.

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Pero hasta entonces aún queda mucho trabajo por hacer. Lo primero, que los ministerios de Transportes y Defensa se pongan de acuerdo para dar debido cumplimiento al acuerdo del Consejo de Ministros de mayo donde se detalló que la primera cartera adquirirá a la otra los terrenos para el desarrollo de mil viviendas de alquiler asequible para los jóvenes. Algo que debe ser modificado en el convenio antes de que cada administración -el Ayuntamiento, el Principado y el Estado- le dé su visto bueno: «En los últimos meses se han producido modificaciones importantes respecto a las intenciones iniciales como la creación de vivienda pública y la ampliación de los elementos patrimoniales a conservar», aseguró Llamedo durante la comisión de Presidencia.

En concreto, se refirió a que se ha eliminado la torre de veinticinco plantas que aspiraba a convertirse en el nuevo icono de la entrada a Oviedo y que se incluía en el protocolo firmado por las tres administraciones en julio del año pasado. De igual manera, se han salvado los chalés que colindan con la calle Tenderina con el objetivo de que sean sede de colectivos sociales, y se ha redistribuido la edificabilidad del millar de viviendas que tantas críticas ha generado. Todo ello para «mantener la huella de su pasado industrial y su identidad», pero también generando «un espacio abierto al servicio de Oviedo y de Asturias». «La fábrica de armas es una ventana de oportunidad única para la capital asturiana; es un espacio para la ciudad ovetense sin mermar de su identidad».

Llamedo: «En los últimos meses se han producido modificaciones importantes respecto a las intenciones iniciales»

Unas palabras que le rebatió el diputado de Foro, Adrián Pumares, porque aún no se han puesto encima de la mesa los mecanismos para «proteger el patrimonio arqueológico, el conjunto palaciego de Alfonso II y el patrimonio industrial». Recordó que el PSOE «nunca ha sido muy amigo de proteger el patrimonio industrial» porque durante la Alcaldía de Antonio Masip se aprobó el derribo de la estación del Vasco, «algo de lo que se arrepiente», y en las últimas semanas se ha ejecutado el «derribo de las chimeneas de las baterías de cok». «No sé si en la fábrica de armas se va a volver a desaprovechar una oportunidad de protección, pero lo que está claro es que vamos a perder muchos años en poder aprovechar el conjunto como un polo de generación de empleo».

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Argumentó Pumares que una vez aprobado el convenio, se ha de realizar un plan especial que, según los cálculos iniciales, durará cuatro años. «Los usos previstos no son compatibles con el actual Plan de Ordenación de Oviedo y, por tanto, la utilización inmediata del conjunto no se va a dar».

Lo que ya se está planeando es qué usos se va a dar a cada nave. El Ayuntamiento se quedará con 30 de las 45 edificaciones que componen el conjunto. En total, 48.319 metros cuadrados de superficie construida donde ya existen planes como la transformación de la nave M1, con 6.000 metros, en un espacio cultural en el que los promotores del madrileño WiZink Center prevén desarrollar cincuenta o sesenta conciertos anuales; un «bombazo para Oviedo», según ha venido defendiendo el alcalde, Alfredo Canteli.

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Además, en los 2.000 metros del claustro habrá una sala de exposiciones para albergar recitales más pequeños y el taller de mantenimiento junto al almacén intermedio y las naves de tratamientos superficiales y las oficinas de producción se destinarán a bibliotecas y salas de estudios. También habrá una zona empresarial, el museo de los Premios Princesa y el Principado se quedará con la nave de cañones.

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