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Habla suave, pausado y con pasión de la docencia, a la que lleva dedicando 24 años –los primeros ocho años en la escuela concertada y ... tras aprobar las oposiciones, en la pública–. Adriana González (Pola de Laviana, 1976) es la directora del colegio Carmen Ruiz-Tilve, con más de 600 alumnos. En su despacho, atiende a este diario mientras de fondo se oye el jolgorio del recreo. En las paredes, perfectamente enmarcados en blanco, cuelgan una selección de dibujos pintados para 'la dire', con anotaciones como 'Adriana, te quiero'. No hay más que decir. Sólo una cosa, reniega de la bata blanca – «porque a los niños de Infantil les da miedo porque piensan en un médico»– y por ello, ella misma las pinta con coloridos colores y con mensaje. «Esta bata es alusiva a la diversidad» y refleja el cuento del monstruo rosa. «No importa que seamos diferentes, lo que importa es la magia que nos mantiene unidos», se puede leer de su puño y letra. Es su tercer curso como directora del Ruiz-Tilve.
–¿Ha podido cumplir sus objetivos?
–Yo llegué al Carmen Ruiz-Tilve como profe de Infantil porque, aunque también tengo el grado en Primaria, soy especialista de Infantil. Una de las cosas que más me gustó de este centro es el trabajo por proyectos que tenía en Infantil y también en la etapa de Primaria. Mi meta o nuestro objetivo, –porque me gusta más hablar en plural–, es mantener el trabajo del anterior equipo directivo y dirección: continuar con el trabajo por proyectos en todos los cursos y en todas las áreas curriculares. La LOMLOE nos ampara en el trabajo por proyectos, ya que la ley contempla un 20% y en nuestro caso trabajamos al 100%.
–¿Recogen frutos?
–Trabajar por proyectos nos deja trabajar de manera más individualizada con el alumnado, dar una respuesta más adaptada a las necesidades de cada uno. Nuestro alumnado es muy heterogéneo y el trabajo por proyectos nos da esa flexibilidad de poder adaptarnos a sus necesidades. La parte un poco más compleja la encontramos desde nuestra función de equipo directivo, en el trabajo del profesorado, es un trabajo arduo.
–Más complicado.
–Hay que tener un cambio de mirada y abandonar un poco la metodología tradicional. Y después, sí es verdad que no disponemos de suficientes horas de coordinación, siempre son pocas, necesitaríamos más, el profesorado es ajustado... El trabajo por proyectos también tiene la parte de exigencia de cumplimiento de la norma, entonces tenemos que regirnos por los decretos, ser muy fieles al cumplimiento de los mismos y adaptarlo a nuestro centro. En el Carmen Ruiz-Tilve funciona el trabajo por proyectos por el excelente trabajo del profesorado.
–¿A qué se refiere con alumnado heterogéneo?
–Me refiero a la atención a la diversidad, no es un alumnado homogéneo con las mismas necesidades, sino que intentamos dar una respuesta muy individualizada a la atención a la diversidad, a los distintos alumnos de necesidades específicas de apoyo educativo y necesidades educativas especiales. En nuestro centro tenemos un aula abierta, que es un aula específica para alumnado con trastornos de comunicación, TEA. Tenemos ahí seis alumnos extraordinariamente, suele haber cinco. El trabajo por proyectos tiene muchas bondades, también para poder facilitar a ese alumnado el trabajo, tanto dentro del aula como en el aula abierta, que es un aula de tránsito.
–El centro tiene más de 600 alumnos.
–Tenemos 448 en Primaria y 207 en Infantil, 665 alumnos.
–Muchos.
–Somos un claustro de 54 docentes, ¿necesitamos más capacidad? No, necesitaríamos ratios más bajas. Nuestras aulas de Infantil son de 23 alumnos, en Primaria tenemos casi todas de 25, y solo en primero de Primaria, que tenemos línea 4, tenemos menos de 20 alumnos o 20 por aula. Una de las bases de una enseñanza pública de calidad sería bajar las ratios. Y en caso de no tener esas ratios, tener la posibilidad de poder tener docencia compartida con dos profes.
–¿Cómo están de infraestructuras en el colegio?
–Bien porque es un cole nuevo. Sí es verdad que tiene los espacios comunes bastante reducidos. Tenemos una biblioteca en el edificio de Primaria muy pequeñita, otra en Infantil también muy pequeñita. No tenemos un salón de actos o una sala de usos múltiples con capacidad para mucho alumnado, pero en infraestructuras la verdad que muy bien.
–Su bastión es Carmen Ruiz-Tilve, catedrática y cronista oficial de Oviedo, que da nombre al colegio.
–Carmen Ruiz-Tilve es un referente personal porque fue mi profesora de literatura infantil en la Universidad y también es un referente en nuestro cole, no solo por llevar su nombre, sino porque ella siempre participa de manera muy activa, viene muy feliz a vernos cuando hacemos algún acto un poco importante, como los Premios por la Paz. Tenemos un certamen literario que ella misma nos pidió y ya hicimos tres ediciones. Le encanta venir a su cole, como ella dice, y a nosotros que venga.
–En los Premios por la Paz acaban de premiar a Rodrigo Cuevas y Maspaz. ¿Cuál es el objetivo de estos galardones?
–Todas y cada una de las candidaturas presentadas se trabajan en las aulas de Primaria, lo primero con finalidad de transmitir a nuestro alumnado valores relacionados con la cultura de paz, la solidaridad, la empatía, la colaboración desinteresada por el bien común, el respeto a las diferencias, y buscamos poner en relieve el trabajo, en muchas ocasiones silencioso, de personas que se preocupan por los demás y que creemos que merecen visibilizarse y darlas a conocer como ejemplo de vida para nuestro alumnado. La candidatura de Rodrigo Cuevas y la de Iñaki Zubizarreta se trabajaron en sexto de Primaria porque consideramos que ese nivel es el que ya tiene que prepararse un poco más para trabajar todos los temas del acoso escolar, en el caso de Iñaki Zubizarreta, del respeto a las diferencias y a los colectivos LGTBIQ+. Hubo muy buena respuesta por parte del alumnado.
–¿Cómo afrontan desde el colegio el acoso escolar?
–Por desgracia es un problema que está en la sociedad y que es difícil de erradicar. Cuando nos llega al profesorado –hay muchos que ocurren y, por desgracia, no nos llegan– ponemos en marcha los protocolos de actuación que la consejería nos indica. Intentamos intervenir lo antes posible con la ayuda de las familias, que es fundamental también, desde la orientación, el equipo de seguimiento...
–¿Cuántos casos les han llegado?
–No me gustaría decir un número exacto porque hay una parte de confidencialidad. Para lo grande que es nuestro cole, no hay muchos casos, pero siempre hay un número.
–¿Y cuando los detectan, logran frenar el acoso?
–Hay casos que quedan simplemente en el estudio de si hay indicios o no de acoso escolar; es decir, quedaría en la primera parte del procedimiento que sería que no consideramos la situación como un acoso pero que sí puede haber problemas de convivencia y se ponen medidas correctoras al alumnado. Gestionamos esa parte de poner las medidas correctoras que se consideran oportunas.
–Los teléfonos móviles son un 'arma' si son mal utilizados y en cuanto un alumno sale del colegio...
–Antes, estas situaciones ocurrían cuando los niños estaban en el centro escolar o al ir y volver de su casa, y ahora ya pueden pasar las 24 horas del día. Creo que los niños tienen acceso en edades muy tempranas a dispositivos móviles, en ocasiones, no siempre, con poco control parental. Muchas veces ellos saben más que sus propios padres o que nosotros, los profesores. A veces hay problemas con alguna 'app', alguna aplicación que se instalan en el móvil que el profesor no conoce que existe. Es verdad que no nos podemos quedar obsoletos en este mundo digital y los profes tenemos que estar muy atentos, escucharles, es muy importante escuchar al alumnado y a las familias e intentar reconducir esta situación.
–¿A qué edad aconsejaría tener el primer móvil?
–Seguiría las recomendaciones que tenemos desde cualquier institución pública que nos recomienda que menores de 16 años no tengan esos dispositivos en su mano y sobre todo sin un control parental. El problema que tenemos es que ellos no son conscientes del peligro que pueden tener un móvil.
–Tecnología en el aula. ¿Qué opinión le merece?
–Soy muy partidaria de las nuevas tecnologías, me parece que dieron a la enseñanza un punto más moderno; pero todo con un control y con una finalidad pedagógica en el aula. En el Carmen Ruiz-Tilve se utilizan con prudencia. Todas las aulas tienen pizarras digitales, tenemos también tablets, portátiles –son rotatorios entre el alumnado– pero no están todo el día funcionando.
–¿Hay libros?
–No, en el Carmen Ruiz-Tilve no hay libros de texto. Los libros como tal no es que los demonicemos, sino que hay libros como recurso, tenemosdigitales también.
–¿No les quitarán las ganas a los niños de leer un libro en papel?
–No, tenemos la biblioteca con sus libros y hay tertulias literarias.
–Cambió mucho la enseñanza.
–Bueno, en este cole siempre se trabajó así. Ya la anterior dirección apostó por el trabajo por proyectos, que creo que fue un acierto y es la base del proyecto educativo y sobre él seguimos.
–Los padres son muy intervencionistas, ¿hacen ellos los deberes?
–Bueno, he de decir que para la comunidad educativa tan grande que somos en el Carmen Ruiz-Tilve, las familias son muy colaboradoras y muy participativas. Sí es verdad que somos un cole un poco diferente y hay una parte en que sí que se pide a las familias participar. No somos un colegio de mandar muchas tareas para casa,intentamos que esas tareas se hagan en el cole, y si lo llevan a casa, que sean autónomos para poder hacerlas solos.
–Cerca de cumplir las bodas de platas en la enseñanza, ¿cómo ve la figura del profesor? ¿Debilitada?
–La veo, en cierta manera, un poco desprestigiada. Parece que todo el mundo sabe de todo y sí que te encuentras familias que piensan que saben más que los profesores y que vienen dándote clase a ti. Nosotros somos profesionales y además nuestra profesión es de formación continua, no te sirve sólo sacar la carrera. Imagínate un maestro como yo, me incluyo, que sacó su carrera hace 25 años o 26, si no te actualizas estás completamente desfasado.
–El AMPA del Ruiz-Tilve tiene mucho peso.
–Sí, destaco la importancia que tiene en el funcionamiento de este centro por proyectos la asociación de madres y padres de alumnos. El 100% de las familias del colegio pertenecen a la AMPA porque es la que gestiona toda la parte económica de la parte del trabajo por proyectos. Tienen colaboración magnífica y fundamental con el centro.
–¿Están detrás de las actividades extraescolares?
–Sí, todas las actividades extraescolares están gestionadas por la AMPA. Nos hacen una propuesta y las gestionan todas, ellos contratan a los monitores, revisan, van actualizando las listas del alumnado, todo. También tenemos talleres, cursos y demás que son del Ayuntamiento de Oviedo, que colabora muchísimo con nosotros con esta programación y con el mantenimiento del colegio.
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