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ROSALÍA AGUDÍN
OVIEDO.
Viernes, 28 de diciembre 2018, 01:58
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Diez robos en dieciséis años. La pasada noche, el último. Un hombre entró a las cuatro menos diez de la madrugada en la sidrería El Calderu, de la calle Pepín Rodríguez de Colloto, rompiendo la cristalera con una tapa de alcantarilla. Ya en el interior, abrió la caja registradora. No había nada dentro. Encontró el bote donde el dueño, Enrique Álvarez, tenía guardado el dinero de la lotería y finalmente se llevó 280 euros.
Las cámaras de seguridad del local registraron también cómo buscó la máquina tragaperras sin éxito. La propiedad decidió prescindir del servicio hace un año, al entender que este dispositivo servía como imán para los delincuentes. Pero la situación se ha repetido.
Nada más saltar la alarma, los empleados de la empresa avisaron a la propiedad y a la Policía Nacional. «Estos días tenemos poco personal y antes de ayer cerramos a las tres y media. Tan solo veinte minutos después nos avisaron de lo que había pasado. Yo creo que el ladrón nos tenía controlados», especificó Álvarez.
El hombre permaneció «quince minutos» en el interior de la sidrería. «Hizo movimientos que denotan que no era un profesional. Pasó al lado de un móvil y no se lo llevó, y creemos que huyó andando», aseveró minutos después de que los agentes realizasen la inspección ocular para avanzar con la investigación. Álvarez ya ha dado parte a la aseguradora de lo sucedido, para que arreglen todos los destrozos originados por el ladrón.
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