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San Antón, el día en que las mascotas van a la iglesia
Tradición. Cientos de personas acuden a la basílica de San Juan junto a sus animales de compañía para recibir la bendición del párroco
La iglesia de San Juan El Real fue escenario este viernes por la mañana de la tradicional bendición de San Antón, patrón de los animales domésticos. Media hora antes del inicio de la celebración, que se ofició a la una de la tarde en punto, el espacio ya comenzaba a llenarse de perros, los únicos protagonistas de esta edición. Sus dueños, llenos de ilusión y fe, esperaban pacientemente para recibir la bendición del párroco Francisco Javier Suárez, quien pidió «que no haya maltrato a los animales». Entre los asistentes se encontraba Lion, un perro de siete años que llegó en un carricoche adaptado desde Las Campas. Fue uno de los participantes más especiales debido a su tamaño y a no moverse de su silla.
Su dueña, que lleva viviendo en Oviedo desde hace siete años, comentó emocionada: «Lion está operada de las cuatro patas, pero tenemos fe en que esta bendición nos ayude». Aunque no pudieron traer a los otros integrantes de su familia animal —dos gatos y un conejo—, se mostraron agradecidas por la oportunidad de participar en la ceremonia. Por otro lado, Ángeles Martins y Jessica Cueva trajeron a sus dos perros: Hulk, de 14 años y medio, y Canela, que completaron el variado desfile canino frente a la basílica. Para ambos animales no era la primera vez que sus dueñas las traían a bendecirse, ya que llevaban toda una vida acudiendo a esta cita.
Todos los asistentes coincidían en algo: sus mascotas son de la familia. Así lo declaró Natali Guarnido, quien con sus tres perros esperaba impaciente a las puertas de la iglesia: «Hace poco recuperé la fe que siempre tuve, y ahora ellos son mi familia», dijo emocionada. Para muchos asistentes esta tradición refuerza el vínculo entre humanos y animales. «Es algo maravilloso tener esto», indicaron Ángeles Sacristán y María Toró, quienes por casualidad paseaban con su perro y se encontraron con la bendición. «No lo sabíamos y ahora vendré todos los años».
