Los hosteleros del Bombé, encantados con «el éxito total» de las casetas

Mojitos, cervezas, sidras, raciones de croquetas, hamburguesas y un sinfín de oferta gastronómica. Ayer era el día de despedirse de los hosteleros que durante San Mateo ocuparon las casetas instaladas en el paseo del Bombé. Familias y grupos de amigos se reunieron en la gran terraza común el último día de las fiestas. A las siete de la tarde no quedaba un hueco libre.

A la hora de hacer balance, el resultado es muy positivo. Pedro Caramés, de la sidrería El Ferroviario, lo calificó de «buenísimo». Achacó el éxito en parte a la falta de lluvia -únicamente llovió el martes y el sábado- a la buena temperatura, y a las orquestas que actuaron el jueves, el viernes, el sábado y el domingo. «Esta fiesta llegó para consolidarse», apuntó el hostelero de la calle Gascona. «Además, la hora del vermú fue muy animada, con música en directo. Fue un éxito total», reconoció.

El propietario de Bar Tienda Maríluz, Ramón González, lleva cuatro años participando en estas casetas. «Desde el primer año hasta hoy el Bombé ha ido creciendo de manera progresiva», apuntó. A su juicio, los primeros años las casetas de los hosteleros «solo eran una alternativa» para los ovetenses, mientras que ahora «la gente lo tiene en mente». Así, sus clientes le reconocen que cualquier cosa distinta que se haga en la ciudad «se agradece». «Tenemos el nombre encima de la caseta, no podemos quedar mal con nuestros clientes», recalcó.

Ópera Café se estrenó este año en el paseo del Campo San Francisco. Su responsable, Patricia Toribio, apuntó que el balance es «buenísimo» tanto por la acogida del público como por el compañerismo entre hosteleros. Toribio quiso destacar «la profesionalidad» de la zona. «El Bombé es llevado por profesionales», insistió, a diferencia de los chiringuitos.

También fue el primer año para el restaurante La Leyenda del Gallo. Estefanía González, encargada de la caseta, se mostró muy contenta en este primer año en el Bombé. «Hubo muchísima gente a todas horas, estamos muy contentos», apuntó.

«No sabemos de dónde salió tanta gente», afirmó Marina Fernández, responsable de Bango 7 Plazas. «Hubo mucha gente y se consumió mucho. También en la hora del aperitivo, mucha gente venía a comer después del trabajo», reconoció sorprendida. Los hosteleros esperan poder repetir el próximo año.