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Los bares de la calle Tito Bustillo se llenaron ayer por la cercanía de los conciertos. FOTOS. ALEX PIÑA Y MARIO ROJAS

Los hosteleros de la Losa hacen caja

Los bares refuerzan el personal para atender la demanda, mientras los vecinos alaban los «horarios razonables» de los conciertos

ROSALÍA AGUDÍN

OVIEDO.

Domingo, 15 de septiembre 2019, 02:11

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La primera noche de conciertos mateínos en la Losa, que remplaza a la plaza de la Catedral, ha dejado buenas sensaciones. Tanto los hosteleros como los vecinos se mostraron ayer contentos con el cambio. Los primeros están «muy satisfechos» con las ventas que hubo durante las actuaciones de Marta Sánchez y Carlos Baute, mientras los segundos alaban que la música cese a una «horario razonable».

La primera noche mateína fue un hervidero de público en la Losa. Seis y mil quinientas personas se juntaron en el momento de máxima afluencia. Marisa Suárez, propietaria del bar Bariloche, ubicado en la calle Tito Bustillo, destacó que las ventas superaron con creces las expectativas: «No esperábamos tanto y cerramos a las tres de la mañana. Para el resto de noches de San Mateo también tenemos reservas y las previsiones son buenas».

Hubo, según añadió, momentos en los que no dieron abasto y eso que contrataron a otras «tres personas» para reforzar el servicio: «En algún momento la gente se fue sin que les pudiésemos atender porque esto estaba lleno», comentó para a renglón seguido destacar que la plaza de los Ferroviarios fue desalojada de forma «muy rápida».

Julio César Riesgo, dueño de la cafetería Cadillac, situada en el número 1 de la calle Tito Bustillo, destacó que la noche fue «muy bien». Al principio sintieron un poco de «nerviosismo» porque no tenían una referencia sobre cuánto iban a vender, pero después todo salió como la seda. Tanto que está pensando contratar a más personal para los ocho días que quedan de fiestas mateínas.

Daniel Menéndez, por su parte, tiene el bar Neón en esa misma calle y también la cafetería Santa Fe, en Ventura Rodríguez. Las ventas estuvieron «bien» y la mayor afluencia de clientes fue en el «descanso» entre los dos conciertos. Una vez terminados, la plaza «se despejó» y empezaron a actuar los servicios de limpieza: «A las dos ya estaba casi todo limpio», añadió este hostelero que estos días ha reforzado la plantilla con «tres personas».

Fiesta en el ático

«Si no puedes con el enemigo, únete». Teresa Gigueira reside en una de las torres de la Losa. Para celebrar la primera noche de San Mateo organizó «una fiesta» en su ático que se alargó hasta altas horas de la madrugada. El único pero que puso es que el escenario está de espaldas a su vivienda y no pudo ver ni a Sánchez ni a Baute. Eso sí los escuchó y cantó sus canciones junto a sus invitados.

Enfrente vive Emma Ovejero, para quien lo mejor fue que los conciertos acabasen a una «hora razonable». Solo puso un inconveniente: «Mi marido trabaja por las noches y las pruebas de sonido nos resultaron molestas porque fueron por la tarde». Por todo lo demás el resultado fue satisfactorio.

Por su parte, Fernando Ortega señaló que en la zona de las Ursulinas «ni se oyeron los conciertos ni hubo más ambiente». Esa zona del Naranco estaba fuera del 'cerco' mateíno.

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