Jorge Javier Vázquez, en una comedia de estoicismo
El presentador de televisión sube a las tablas del Filarmónica 'Demontando a Séneca'; hoy ofrecerá de nuevo doble función
G. D. -R.
OVIEDO.
Lunes, 13 de septiembre 2021, 00:19
En distancia, pocas cosas puede haber más alejadas. Tal vez, 'el tocino y la velocidad'. Pero la que media entre el omnipresente televisivo Jorge Javier Vázquez y un filósofo estoico cordobés del siglo I y tutor de un emperador romano, no debe andar lejos. Los dos elementos, sin embargo, se mezclan y el cóctel funciona. Tras las representaciones de ayer, hoy lo hará de nuevo sobre las tablas del Filarmónica en doble función tras ampliar su paso por Oviedo. Y allí donde ha girado 'Demontando a Séneca', el papel agotado es una constante.
Cuesta creer que el atractivo esté en el autor de 'De la brevedad de la vida', la obra que sirve a Vázquez de hilo conductor de la función y que hace muchos siglos que no está en la lista de los más leídos, la que lleve a tanta gente al teatro, pero el presentador defiende que, para él, «ha sido una catársis emocional». Y sí, más televisivo, que el bueno de Lucio Anneo Séneca «decía verdades como puños».
La obra gira sobre los dos, separados por veinte siglos. Jorge Javier Vázquez, cansado de que todo el mundo considere frívola su labor en televisión, decide dar un discurso sobre 'De la Brevedad de la vida' y responder, siguiendo al filósofo cordobés, preguntas eternas: ¿Qué es la vida?; ¿Qué hacemos para aprovecharla?; ¿Malgastamos nuestro tiempo? Vázquez se esforzará por dar empaque y altura al declamatorio, pero las cosas no saldrán bien y una sucesión de accidentes y interrupciones pondrán a prueba su militancia en el estoicismo que Séneca predicaba y que él quiere adoptar.
La idea, original de su director, Juan Carlos Rubio, funciona y suma proyecciones, música, filosofía y mucho humor. Surgió, según explica Vázquez, al aproximarse ambos al medio siglo de vida y empezar a preguntarse por el sentido de esta. Fue entonces, cuando el proyecto tomaba forma, cuando el presentador sufrió un ictus y esas preguntas adquirieron otra profundidad, otro color. Pero estamos ante una comedia, una con la que también se puede llegar al estoicismo.
