Los saqueos constantes en el viejo HUCA afectan al Centro Comunitario de Sangre y Tejidos
Ha tenido que recurrir a un generador externo por problemas en el suministro eléctrico para asegurar el servicio tras las sustracciones
Los robos en el interior del antiguo Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) son continuos y tienen lugar, sobre todo, por las noches. Bajo la oscuridad, los ladrones acceden a sus anchas a los abandonados inmuebles sanitarios, que prácticamente han desvalijado de su cableado en busca del preciado cobre. No solo. También se llevan hasta las ventanas. En las plantas más bajas del que hasta 2014 fue el Hospital General no queda ni una. El problema, sin embargo, es con creces aún mayor cuando los robos afectan, como ha sucedido, al Centro Comunitario de Sangre y Tejidos de Asturias -que sigue su importante actividad en el viejo HUCA-, causándole problemas puntuales en el suministro eléctrico.
Para solucionarlo, y poder mantener, por ejemplo, sus frigoríficos, ha tenido que recurrir a la instalación de generadores eléctricos externos. Ayer por la mañana, uno de ellos estaba en pleno funcionamiento en la parte izquierda del edificio que, junto a la lavandería y la unidad de Toxicomanías son los únicos que siguen funcionando tras el traslado de las instalaciones sanitarias a La Cadellada en 2014.
El problema llegó a ser muy grave a mediados del pasado noviembre y el Centro de Sangre y Tejidos tuvo que valerse de un gran transformador, cuyo ensordecedor ruido causaba molestias a los vecinos, para poder continuar con el funcionamiento de todas las neveras y el resto de aparatos esenciales que necesitan de una alta potencia eléctrica.
Los accesos a los servicios esenciales del equipamiento se han pintado de rojo para tratar de frenar a los ladrones
Las sustracciones no solo afectan a la instalación eléctrica. También han llegado a los almacenes -uno de ellos era antiguamente un crematorio- ; son tantos los actos vandálicos que el personal de seguridad no da a basto. Existen agentes que se encargan de controlar exclusivamente el Centro de Sangre y Tejidos y, después, otros vigilan todo el recinto, a partir de las siete de la tarde lo hacen apoyados con linternas porque en el antiguo complejo hospitalario ya no hay luz en la vía pública; las farolas están apagadas.
Los ladrones, en ocasiones, se juegan la vida en sus robos. Para advertirles de la peligrosidad que supone su pillaje, así como para evitar que sigan adelante sobre todo con las incursiones que afectan directamente al Centro de Sangre, se ha decidido, según explica a este diario una fuente cercana, pintar de rojo las principales puertas del edificio. Así lo están desde finales del año pasado, como también la sala de máquinas que está a la altura del aparcamiento privado de los trabajadores -enfrente de la plaza de toros- a la que llega gas para generar la necesaria agua caliente y la calefacción del Centro de Sangre. Su puerta, además del rojo, luce un cartel que alerta de que hay «generadores a gas» y está «prohibida la manipulación a toda persona ajena al servicio».
Una práctica para frenar a los ladrones, que parece estar dando sus frutos, y que se sucede en la parte trasera del edificio, donde están los accesos a la sede de la Hermandad de Donantes de Sangre del Principado de Asturias y la asociación de Diabéticos del Principado de Asturias; y también en otra entrada ubicada uno pocos metros más allá que anteriormente fue forzada.
«Desde hace meses actúan sin parar en estos terrenos», alertó ayer sobre los cacos el presidente de la asociación vecinal de El Cristo, Ramón del Fresno, quien añadió que «entran como Pedro por su casa» en las antiguas instalaciones sanitarias.
«El Centro de Sangre y Tejidos está rodeando de la más absoluta precariedad» y la única solución que ve es cerrar la zona, como se ha hecho en el resto del antiguo complejo hospitalario: «Menos mal que han instalado bolardos fijos evitando que los vehículos puedan circular por el interior del conjunto. Esta situación provoca que las furgonetas ya no puedan entrar y sea un poco más difícil sacar el material. Considero que no es de recibo que la gente done de forma altruista la sangre o el plasma y que luego haya que poner un transformador para el mantenimiento de las neveras por los continuos robos», apuntó Del Fresno.
Traslado
El líder vecinal urge, además, al Principado el traslado de este servicio a La Cadellada: «El antiguo HUCA no es el lugar adecuado para este servicio porque debería estar al lado del hospital actual».
El presidente regional, Adrián Barbón, en julio del año pasado, afirmó al respecto que este es un «tema que tenemos que solucionar», pero no dio más detalles y de forma pública no se ha vuelto a pronunciar sobre el asunto a pesar de las demandas de los trabajadores y usuarios.
«El antiguo HUCA no tiene luz al final del túnel, este conjunto lleva demasiados años abandonado y sin una solución. Los políticos están dando constantemente palos de ciego y da cara el futuro hay que tener en cuenta el elevado número de residuos tóxicos que hay en los edificios y que serán casi imposibles sanearlos», concluyó del Fresno. Según los datos que maneja el Ayuntamiento, en el recinto existe amianto, que ha podido fragmentarse en robos,