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G. D. -R.
OVIEDO.
Martes, 12 de mayo 2020, 01:16
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«El duelo no es algo impostado o un uso social, en estos días hemos visto que es una necesidad real». Las restricciones a los servicios funerarios, después de que un brote en un velorio en Vitoria causase más de 300 contagios y llevase a militarizar varios municipios de La Rioja a principios de marzo, han dejado en las familias que han perdido a un ser querido durante el confinamiento «una sensación de soledad, un gran abandono, ha sido muy duro», apunta Antonio Pesquera, gerente de Funerarias Reunidas, concesionaria de los cementerios municipales y propietaria del tanatorio Los Arenales.
Desde ayer, con la región en la fase inicial del desconfinamiento, los cuatro tanatorios del concejo vuelven a ofrecer sus servicios. Eso sí, con limitaciones. El aforo de las capillas se ha reducido a un tercio y tan solo diez personas pueden acompañar a la familia en el velatorio.
«Hemos instalado mamparas para atender a los clientes y facilitamos gel, guantes y mascarillas y hemos recuperado el servicio de cafetería en la terraza», explica Pesquera. En el tanatorio Los Arenales se guardan distancias sociales y el personal de limpieza desinfecta con una solución de agua y lejía de forma constante. «Lo hacemos desde el principio y hemos incorporado cañones de ozono».
No son tiempos buenos tampoco para el sector: «El gasto por fallecido ha caído mucho, pero los hay que lo están pasando mucho peor».
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